Al Bagdadi reaparece supuestamente en una grabación de sonido
Casi un año, once meses, sin saber nada de él, entre rumores norteamericanos, rusos, iraquíes sobre si está vivo, muerto, malherido o postrado en el lecho del dolor, incapacitado para dirigir lo que queda del Estado Islámico. No estaba ayer todavía comprobado si la voz del mensaje difundido la noche del miércoles por medios yihadistas es la de Abu Bakr el Bagdadi. Al menos, un portavoz del Comando Central de EE.UU. rehusó hacer comentarios al respecto, pero señaló que ningún oficial estadounidense da por fallecido al califa (Washington ofrece 25 millones de dólares por su captura). Su último mensaje de audio databa del 28 de septiembre del 2017, durante la batalla de Mosul (Irak).
La difusión de esta nueva grabación, de 55 minutos, se produjo con motivo de la festividad musulmana del Sacrificio y ha coincidido prácticamente con mensajes de los talibanes afganos, del casi olvidado jefe de Al Qaeda, Ayman el Zauahiri, y del comandante del antes llamado Frente Al Nusra, el sirio Abu Mohamed el Golani.
La voz supuestamente de Al Bagdadi pone buen cuidado en mencionar asuntos de actualidad para demostrar que la grabación es reciente, algunos de ellos de tan escasa importancia para una organización de ambiciones trascendentales como la detención en Turquía de un pastor evangelista norteamericano. Estados Unidos, dice, “está atravesando la peor época de toda su existencia” –algo con lo que algunos estarían muy de acuerdo– debido a su rivalidad con Rusia. Asumiendo actitudes de analista como las que caracterizaban a Osama bin Laden, añade que Washington está jugando a las sanciones –contra Rusia, Turquía, Irán, Corea del Norte– de una manera que tan sólo demuestra su “debilidad”.
Pero lo que pesa en el mensaje atribuido a Al Bagdadi es la reciente derrota de su grupo en el sur de Siria. A quienes se rindieron a las tropas de Bashar el Asad los llama “traidores”. Y pide “paciencia” y perseverancia a los demás. “Para el muyahidín (...) la escala de la victoria o la derrota no se basa en una ciudad arrebatada o sujeta a los que cuentan con superioridad aérea, misiles intercontinentales, bombas inteligentes” sino “en cuánta fe tiene el creyente”.
Naturalmente, el supuesto Al Bagdadi elogia a los “leones” en tierras de los “cruzados” y anima a seguir matando con “balas, apuñalamientos y bombas”, sin olvidar los atropellamientos “de multitudes”. El mensaje roza en un momento cierto patetismo cuando, dirigiéndose a sus seguidores dentro y fuera del campo de batalla, les dice que el califato “va bien”.