Oposición a la construcción de 40 casas en una zona forestal de Llançà
La entidad ecologista Iaeden-Salvem l’Empordà califica de “aberración urbanística” el proyecto que prevé la construcción de 40 viviendas en Llançà, en una zona limítrofe con el parque natural del Cap de Creus y el municipio de El Port de la Selva.
Según los ecologistas, el proyecto, que se encuentra en una fase inicial de tramitación por parte del Consistorio, afectaría a un terreno forestal con pendientes superiores al 20%, cuando la ley de Urbanismo no permite la edificación en tramos de terreno que superen estos porcentajes. Además, aseguran que la zona en la que se prevé la construcción de esas 40 viviendas, afectaría también el camino de ronda entre El Port de la Selva y Llançà y está travesada por el Rec d’en Feliu, considerado un conector biológico de interés para la fauna del parque natural del Cap de Creus. La Iaeden reclama que se realicen estudios de inundabilidad y movilidad de la carretera entre Llançà y El Port de la Selva.
El Consistorio defiende la actuación basándose en el hecho que se trata de suelo urbano, una calificación que figura en una normativa del año 1982. A principios de junio, el gobierno municipal aprobó de forma provisional la modificación puntual del POUM que abriría la puerta a esta urbanización, aunque la última palabra la tendrá Urbanisme.
Según los ecologistas, el planeamiento general de Llançà se basa en un modelo “caduco, obsoleto e insostenible” de hace más de treinta años. Por esta razón, los ecologistas están dispuestos a llevar el caso a los tribunales si el Ayuntamiento no da marcha atrás. La portavoz de la Iaeden, Marta Ball-llosera, recordó ayer que han recibido sentencias favorables como la del Fluvà Marina, un complejo de lujo con 500 apartamentos y 379 amarres de embarcaciones que se había planteado en los setenta y empezó a construirse ya en el siglo XXI cerca de Sant Pere Pescador, que fue parcialmente derrumbado gracias a las protestas de Salvem l’Empordà.
El de Llançà es uno de los 21 proyectos urbanísticos en los que la asociación SOS Costa Brava, nacida de la fusión de 18 entidades ecologistas, tiene puestos sus esfuerzos para evitar que sigan adelante. Ball-llosera teme que otros muchos proyectos, que hasta ahora estaban parados por la crisis, puedan volver a ver la luz. “Debemos vigilar que no despierten otros fósiles urbanísticos, como está ocurriendo en la Costa Brava”, sentenció.