La Vanguardia

Celeste Ayala

- ROBERT MUR

El gesto de la agente Celeste Ayala, de la policía de Buenos Aires, de dar el pecho a un bebé hambriento que lloraba en un hospital, ha sido recompensa­do con las autoridade­s argentinas con un ascenso como sargento.

“Me parece que tiene hambre esa criatura”, le dijo la agente de policía argentina Celeste Ayala a la asistenta social antes de abrirse el uniforme, sacarse la teta y empezar a amamantar. No se lo pensó. Un compañero le tomó una foto, la subió a las redes sociales y se viralizó. Ayala acaba de ser ascendida a sargento por un gesto instintivo que ha dado la vuelta al mundo.

Celeste, de 27 años, es policía de la provincia de Buenos Aires en la comisaría de Berisso, localidad del área metropolit­ana platense, pero para complement­ar sus 600 euros de sueldo, hace horas extras en el hospital de Niños de La Plata, a 60 kilómetros de la capital argentina. El 14 de agosto ingresaron en el centro seis niños sucios y desnutrido­s, separados de sus padres por los servicios sociales por tenerlos en estado de abandono. Los pibes, de entre 7 meses y 9 años, habían llegado en una furgoneta, y sus progenitor­es, con problemas de adicciones, siguieron al vehículo corriendo hasta el hospital para evitar que se los quitaran.

“Había que sacar a los niños de la combi y entrarlos al hospital, pero los padres no querían. La madre, por más que sea lo que sea, es la madre”, contó Ayala cenando de uniforme en el popular programa televisivo de Mirtha Legrand. La situación se calmó, y los agentes dejaron a los chicos en urgencias, ayudando al personal a entretener­los.

“Cuando los nenes llegaron al hospital y vimos la situación no podíamos parar de llorar: lloraban los nenes, llorábamos nosotros, lloraban todos”, explicó la policía a la cadena Crónica. “Después los nenes se fueron calmando, nosotros los hacíamos jugar”, agregó.

El más pequeño no paraba de llorar, así que Celeste pidió permiso a la asistenta social para amamantarl­o, tras explicarle que aún le estaba dando el pecho a su hija de un año y cuatro meses. “Muy emocionada, me miró y me dijo que si quería lo podía hacer, y no dudé un segundo: le di la teta y se calmó”, afirmó.

En ese momento, otro policía, Marcos Heredia, sacó la expresiva foto, donde la madre sustituta refleja en su rostro la dureza de la situación y todo lo que conlleva. Sentada en el pasillo de urgencias, la mano apretando el pecho que sale por el uniforme azul, el bebé en el regazo. Esa mirada angustiada profundiza en la realidad de un país que nunca acaba de desarrolla­rse y donde la desnutrici­ón infantil golpea sobre todo en las regiones norteñas de Argentina –con mucha población de origen indígena postergada– y en las villas miserias que abundan en el conurbano bonaerense.

“Quiero hacer público este gran gesto de amor que tuviste hoy con ese bebito, que sin conocerlo no dudaste y por un momento cumpliste como si fueras su madre, no te importó la mugre y el olor como los señores profesiona­les del hospital manifesta- ban. Cosas así no se ven todos los días. Hoy 14 de agosto día de la mujer policía te pasaste compañera Cele Ayala”, escribió Heredia en su cuenta de Facebook sin ser consciente de que la imagen tendría tanta repercusió­n.

Cuando lo vio llorar, el bebé se ponía los dedos en la boca. Tenía hambre. “Fue como un instinto maternal, nosotras sabemos cuando lloran de hambre”, relató la agente. “Lo acerqué a mi teta y después no me quería largar”, explicó. “Me acariciaba, necesitaba que lo apapache un ratito”, agregó.

Pensó que era niño, pero luego le dijeron que era una niña, aunque insiste en que no sabe su nombre. “Sentí que era mío, después pensé que me lo tenía que llevar: fue retriste esa situación, cuando lo dejé y me tenía que ir, que ya había cumplido mi horario, me fui con mucha tristeza”, asegura.

Ayala vive en Berisso con su marido, su bebé y su otra hija de 7 años. Hace tres años ingresó a la policía de su localidad, que luego se fusionó con el cuerpo provincial de seguridad. Tres días después del gesto maternal, el ministro bonaerense de Seguridad, Cristian Ritondo, la citó a su despacho para notificarl­e personalme­nte el ascenso a sargento. “Queríamos agradecerl­e en persona ese gesto de amor espontáneo que logró calmar el llanto del bebé. La policía que nos enorgullec­e, la policía que queremos”, tuiteó Ritondo.

En Argentina las fuerzas de seguridad no gozan de muy buena imagen, y especialme­nte la policía de la provincia de Buenos Aires, integrada por casi 100.000 efectivos. La corrupción está enquistada y, a pesar de los aparentes esfuerzos de todos los gobiernos provincial­es, constantem­ente sus miembros se ven implicados en organizaci­ones delictivas, ya sea haciendo la vista gorda o participan­do en bandas implicadas en secuestros, robos, juego ilegal, prostituci­ón o narcotráfi­co.

Por eso la acción de Celeste Ayala ha tenido especial trascenden­cia y ha sido premiada por sus superiores. “A veces se pone en el ojo de la tormenta a los policías, y es importante esto porque no todos somos iguales. Nosotros tenemos que ayudar a la sociedad”, afirmó la flamante sargento.

“Sin conocer al bebito, no dudaste; no te importó la mugre ni el olor”, escribió el policía que tomó la foto El gesto de la policía bonaerense que

no dudó en amamantar a un bebé hambriento se hizo viral y le supuso un ascenso

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FACEBOOK “Tiene hambre”La agente amamantó a un bebé indigente en el hospital de La Plata
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TWITTER AscensoEl ministro bonaerense de Seguridad, CristianRe­dondo, le notificó el ascenso en agradecimi­ento

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