Luis Suárez sólo hay uno
El delantero uruguayo es fijo en el Barça mientras busca su mejor forma y condena al destierro a Alcácer
El delantero uruguayo es fijo en el Barça mientras busca su mejor forma y condena al destierro a Alcácer. Suárez juega, no por ser amigo de Messi, sino porque se ha ganado ser un fijo, por su entrega pero sobre todo por sus muchos goles.
Tan cierto es que Luis Suárez es menos Luis Suárez justo después de las vacaciones como que Luis Suárez sólo hay uno y sólo puede haber uno en el Barcelona. Por rendimiento, por nombre, por precio y por forma de ser, el goleador de Salto debe ser titular sí o sí. Nadie tiene un futbolista así, ganador y determinante, en el banquillo. Por eso, ya ha llegado a los dos centenares de partidos –el de esta noche en Valladolid será el número 201–. Una ecuación que hace muy difícil la vida de su suplente.
Paco Alcácer, que costó 30 millones en el 2016, se verá condenado a aceptar un destierro, casi con toda seguridad en Dortmund, tras dos años abrumado por Suárez. Antes fueron dos canteranos como Sandro y Munir quienes tuvieron que salir para intentar hacerse un nombre fuera. El primero en el Málaga, el Everton y el Sevilla. El segundo ha vuelto tras sus buenos papeles en el Valencia y en el Alavés y será el que deberá convivir de nuevo a la sombra del goleador. La conclusión a la que se ha llegado es que quizás un chico de la casa sea el mejor plan B, después que Maxi López, Gudjohnsen, Bojan o Alexis fracasasen en la idea de ser el nuevo Larsson.
Suárez juega, no por ser amigo de Messi, sino porque se ha ganado ser un fijo, por su entrega pero sobre todo por sus goles. Con cuatro temporadas completadas, se ha aupado al sexto puesto en la clasificación de goleadores históricos con 152 dianas, sólo por detrás de Escolà (158), Samitier (184), Kubala (194), César (232) y Messi (554). Todos ellos jugaron un mínimo de diez años en el club. A Suárez, fichado por 81 millones, le ha bastado con la mitad.
A los 31 años, no es una novedad que al delantero uruguayo le cuesta arrancar las temporadas. Por su físico, el nueve suele acusar cuando no está en su peso ideal. Sin embargo, su ascendencia en el vestuario es tal que Valverde no ha dudado en darle la titularidad en los dos primeros partidos oficiales. Jugó la Supercopa cuando llevaba cinco días de entrenamiento y también estuvo en el once frente al Alavés. No marcó en ninguno de los dos duelos pero tampoco fue sustituido, quizás porque cada minuto que está en el campo le sirve para coger ritmo.
Que Suárez arranque al ralentí pasa cada año. Pero tiene tan interiorizado su oficio que eso no le impide ver puerta a pesar de no encontrarse al 100%. En la Liga pasada marcó en la tercera jornada en el derbi al Espanyol –se había perdido las dos primeras–, igual que en la 2016-2017 y en la 2015-2016 anotó en la primera fecha, al Betis y al Athletic en San Mamés, respectivamente. Otra cosa es en Europa, donde lleva tres años sin celebrar un gol fuera del Camp Nou.
Así las cosas, Alcácer, internacional con España que el jueves cumplirá 25, ha tenido que repensarse su plan de esperar su oportunidad ya que la temporada pasada ni siquiera llegó a los mil minutos jugados (996). Cuando lo hizo, siempre rindió, funcionando mejor de titular que de revulsivo. De los 15 goles que ha marcado con el Barça, 13 los anotó en partidos en los que salió en el once. Pero el nueve es Suárez y no hay espacio para otro. De hecho, ayer el valenciano se volvió a quedar fuera de la lista, junto a Rafinha.
El uruguayo, que nunca ha jugado en Zorrilla, buscará estrenarse coincidiendo con el cambio de marca de sus botas. Valverde le necesita para abrir la lata. “El Valladolid la semana anterior hizo un gran ejercicio defensivo contra el Girona. Es un equipo que juega muy ordenado desde el año pasado”, advirtió. Es un trabajo ideal para Suárez.