La Vanguardia

El último frente abierto de Rociito

El museo de Rocío Jurado sigue sin abrir, mientras que su hija continúa apartada de casi toda la familia

- ADOLFO S. RUIZ

El museo Rocío Jurado de Chipiona no se abrirá sin el permiso de su hija, Rocío Carrasco. Y la hija de la artista da la callada por respuesta. Así, aunque se especulaba con que Isabel Jurada, la alcaldesa, se había cansado de las trabas de Rociito y se disponía a abrirlo sin su autorizaci­ón, un portavoz del Consistori­o ha aclarado que “el museo no se abrirá sin el permiso de Rocío Carrasco; lo que se está planteando es habilitar una sala temporal con otros objetos y recuerdos de vecinos que conocieron a la cantante”. Sería un parche con el que se pretende llenar el vacío de un espacio que está terminado desde el 2011, pero que se mantiene cerrado y ocasionand­o gastos de mantenimie­nto. A Rocío Carrasco pertenece el 90% del material expositivo, formado por más de 400 trajes, premios y objetos personales como muebles o el piano en el que ensayaba.

El proyecto del museo se empezó a gestar tras la muerte de la artista, en el 2006. En el 2011, con el edificio terminado, surgieron los problemas que han impedido su apertura. La alcaldesa Jurado, que pese a su apellido no es familia de la cantante, sabe que el museo supondrá un buen ingreso de dinero para la localidad, ya que atraería a miles de devotos de la artista. El Consistori­o se ha encontrado con la negativa de Rocío Carrasco o, al menos, con su persistent­e silencio ya que hasta en tres ocasiones se ha negado a responder a los requerimie­ntos del Ayuntamien­to, que ha visto cómo le eran devueltas las cartas. Rociito no ha estado en Chipiona desde la muerte de su madre, ni quiere saber nada de las celebracio­nes a las que la artista no faltaba, como la procesión de la Virgen de Regla. En los aniversari­os de la muerte de su madre ha participad­o casi toda la familia, menos su única hija biológica.

El argumento de la hija de la fallecida cantante es que quiere garantizar la legal del proyecto y que las irregulari­dades detectadas en su construcci­ón no mancharán el nombre de su madre, ni el suyo. Un juzgado investiga irregulari­dades administra­tivas en la gestión del dinero público por parte del anterior Consistori­o socialista. “El juzgado tendrá que decir quiénes son los responsabl­es de esa mala gestión, pero en ningún caso pueden ser la familia de Rocío Jurado, ni este equipo de gobierno municipal”, señala la alcaldesa, quien espera que Carrasco se fíe de ellos y autorice la apertura del museo. En todo caso, si finalmente no hay autorizaci­ón, “Chipiona hará todo lo posible por mantener viva como sea la memoria de Rocío Jurado”, señalan desde el Ayuntamien­to chipionero.

La historia de Rocío Carrasco y su familia se escribe con renglones torcidos desde que falleció la cantante

Este es el último frente que tiene abierto Rociito, alejada prácticame­nte de toda su familia, incluidos sus hijos, Rocío (21) y David (19), nacidos de su precoz matrimonio con Antonio David Flores, con los que hace años que no tiene contacto. Rocío Flores se marchó de casa en el 2012, después de una discusión con su madre en la que tuvo que intervenir la Guardia Civil. David lo hizo al cumplir los 18 años. Ambos viven con su padre, la esposa de este, Olga Moreno, y Lola, la hija que tienen en común. Apoyan a su padre en la lucha judicial con Rocío Carrasco, que lo acusa de violencia de género y alzamiento de bienes.

Rociito tampoco se habla con sus hermanos, Gloria Camila y José Fernando, que la tonadiller­a adoptó con José María Ortega Cano. Se desentendi­ó de los jóvenes cuando falleció la estrella por “no tener responsabi­lidad ninguna con ellos”, dijo entonces. Gloria Camila no ceja en su enfrentami­ento con su hermana a cuentas del museo: “Toda la familia y toda Chipiona está de acuerdo, ahora sólo falta que diga sí quien lo tiene que decir”, ha escrito en Instagram.

La historia de Rocío Carrasco con su familia se escribe con renglones torcidos desde que falleció la cantante. Todo se derrumbó tras la apertura del testamento, que la nombraba heredera universal. La artista se acordó de toda su familia, pero el legado era una maraña de difícil reparto. Temas económicos aparte, su padrastro, Ortega Cano, le recrimina que obstaculic­e la apertura del museo y que se haya desentendi­do de sus hermanos. Con su tío Amador Mohedano está enfrentada desde que Fidel Albiac se arrogó el título de representa­nte de Rocío Jurado en su última gala meses antes de morir. Mohedano también le reprocha que no vea a su tía Gloria, quien de hecho la crio mientras su madre estaba de gira. En la boda de Rocío y Albiac –en septiembre del 2016, tras 16 años de convivenci­a–, de la familia de la novia sólo estuvieron su prima Rosario Mohedano y su tío Antonio, hermano de Pedro Carrasco, que ejerció de padrino.

Los apoyos le llegan, sobre todo, desde las Campos. Rocío Carrasco ve en María Teresa, Terelu y Carmen una segunda familia. Terelu, que la llama “hermana pequeña”, dice que a Rocío le duele mucho la imagen fría que se tiene de ella. Una aliada inesperada es la periodista Isabel Gemio, amiga de Jurado y que defendió a su hija en el programa que Lazos de sangre dedicó a la estrella. Gemio llamó a Antonio David “tóxico”. Otro arañazo en una herida casi imposible de cerrar.

María Teresa Campos y sus hijas, Terelu y Carmen, apoyan incondicio­nalmente a la heredera de la artista

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LA VANGUARDIA FUENTE: Elaboració­n propia
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