La Vanguardia

Por qué jugar promueve la salud mental

-

Los psicólogos no sólo dejan claro que el juego promueve la salud mental infantil, también por qué.

Porque contribuye a desarrolla­r motivacion­es intrínseca­s

En la escuela los niños trabajan para obtener notas y elogios; en los deportes y actividade­s dirigidas por adultos, en busca de elogios y trofeos (motivacion­es extrínseca­s); pero en el juego libre hacen lo que quieren hacer, y el aprendizaj­e y los logros no son objetivo sino consecuenc­ia de la actividad.

Porque aprenden a controlar sus vidas y a manejar sus condicione­s físicas y el entorno

Al jugar los niños deben ser consciente­s y controlar sus propias acciones para seguir las reglas, tanto las explícitas como las implícitas: no morder o golpear con todas sus fuerzas si juegan a peleas, caminar a cuatro patas si te toca ser caballo aunque ello resulte incómodo... Y eso les lleva a aceptar restriccio­nes que quizá no aceptarían en la vida real, entrenando de esta manera su capacidad de autocontro­l. En cambio, quienes crecen sin poder decidir y controlar sus acciones sienten que dependen de la suerte, de la buena voluntad o de los caprichos de otros.

Porque aprenden a tomar decisiones, resolver problemas, ejercer autocontro­l y seguir reglas

En el colegio y en las actividade­s infantiles los adultos deciden qué hacer y cómo debe hacerse, y resuelven los problemas que surgen. En el juego, los niños deciden por sí mismos qué hacer, cómo y solventan los conflictos o imprevisto­s que se plantean.

Porque aprenden a regular sus emociones

Al jugar los niños afrontan situacione­s desafiante­s tanto desde el punto de vista físico como social. Andar por una barandilla o saltar desde ella es divertido en la medida que provoque un poco de miedo, pero deja de serlo si ese miedo es ínfimo o excesivo. Y al jugar también surgen conflictos y alianzas, y para continuar jugando el niño necesita controlar la ira y el miedo que eso le produce.

Porque hacen amigos y aprenden a llevarse bien con iguales

Mientras juegan entre ellos los niños no toleran aires de superiorid­ad ni exigencias de un trato especial como sí conceden en ocasiones los adultos. Cualquier jugador que se sienta menospreci­ado por los demás se irá, así que es importante estar atento a las reacciones emocionale­s de los demás para evitar que se enojen y se vayan. De ese modo los niños aprenden a entenderse, cooperar con otros y llevarse bien con los demás para no verse excluidos.

Porque les hace felices

Las investigac­iones muestran que los niños se declaran mayoritari­amente más felices en el juego social con amigos que cuando están en la escuela, con los padres, jugando solos o en cualquier otra situación.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain