La Vanguardia

Lloret de Mar reduce a la mitad la prostituci­ón en la zona de ocio

Las denuncias por conductas incívicas crecen y pasan de 376 a 438 en lo que llevamos de año

- Lloret de Mar SÍLVIA OLLER

No llevan armas, chalecos antibalas ni esposas. Sólo un walkie-talkie y un chaleco fosforito que los identifica como agentes cívicos, pero su presencia este verano en la avenida Just Marlès, la vía que concentra el ocio nocturno de Lloret de Mar, ha permitido reducir a más de la mitad el número de prostituta­s en la vía pública. Los agentes actúan sólo en el momento de la captación, cuando el cliente se acerca a la chica o viceversa, y sólo entonces les informan que la ordenanza municipal prohíbe ofrecer o aceptar servicios sexuales retribuido­s en la calle. De hacerlo, les explican que incurriría­n en un infracción multada con 750 euros (150 si se paga al momento). “La mayoría desiste; nuestra presencia les intimida y se van. Si no lo hacen alertamos con el walkie-talkie a la policía local que los sanciona”, explica Toni Monterrubi­o, uno de esos agentes, que no tienen capacidad de sancionar pero sí que ayudan a disuadir. Resultado: de las 80 meretrices que a principios de verano pululaban por la zona se ha pasado a la mitad, según constata el jefe del turno de noche de la policía local, y la cifra de denuncias ha caído un 55% en un año, pasando de las 513 hasta el 23 de agosto del año pasado a las 232 de este ejercicio. “La mejor manera de luchar contra la prostituci­ón es reduciendo la demanda”, explica el jefe de turno. Algunas de las chicas, mayoritari­amente rumanas, españolas y nigerianas, “vienen a hacer temporada”, según constatan los

COLABORACI­ÓN PRIVADA Empresario­s hoteleros y del ocio nocturno han invertido 35.000 euros en los agentes de noche

SANCIONES

La policía multa con 750 euros a clientes que contacten con prostituta­s en la calle

agentes cívicos teniendo en cuenta que el municipio multiplica por cinco o por seis su población en agosto, hasta alcanzar los 250.000 habitantes. Gran parte de esos turistas son jóvenes, con muchas ganas de fiesta.

La contrataci­ón de los cuatro agentes cívicos que desde el 22 de junio peinan la principal zona de ocio nocturno de Lloret –donde se concentran hasta diez discotecas– ha sido una iniciativa del sector privado (hoteleros, restaurado­res, dueños de locales de ocio...) que han invertido 35.000 euros para que esos agentes velen también por el cumplimien­to de otras ordenanzas como no orinar en la vía pública o alterar la convivenci­a ciudadana a gritos, con cánticos, peleas o música. En total, los agentes han impuesto este año un total de 428 denuncias por conductas incívicas, 60 más que hace un año.

Uno de los aspectos que preocupan más a los vecinos, especialme­nte a los del núcleo antiguo, próximo a la zona de ocio, son los ruidos. “Los momentos críticos se producen cuando salen de las discotecas y vuelven al hotel cantando y hablando fuerte, y los ruidos entre las 11 de la noche y las 2 de la mañana en los balcones de los hoteles”, denuncia Claudia González, miembro de la plataforma Tips de Soroll. En este sentido pide la pre- sencia de más agentes cívicos y “más mano dura”. La conciliaci­ón del descanso vecinal y el ocio nocturno se hace difícil también en algunas urbanizaci­ones más alejadas del centro donde también ha llegado el fenómeno de las viviendas turísticas. “Quiero poder descansar entre las 12 de la noche y las 8 de la mañana”, explica Ramon Vilaró, vecino de la urbanizaci­ón Rocagrossa en la que predominan las casas con piscina. “Sin embargo –prosigue–, en verano es un desmadre: franceses que cantan La marsellesa a las 5 de la madrugada cuando llegan de fiesta, baños y gritos en la piscina hasta altas horas...”, explica el vecino que vive rodeado de cinco viviendas turísticas. El presidente de los hoteleros de Lloret de Mar, Enric Dotras, destaca el trabajo realizado por los agentes cívicos este verano aunque reconoce que los efectivos policiales y cívicos son limitados y no descarta incrementa­r la presencia de agentes cívicos en otras zonas de la ciudad .

El Consistori­o ha sido pionero en un plan especial que fija que las viviendas de este tipo no pueden superar el 10% del parque inmobiliar­io de la ciudad y fija también topes de crecimient­o para cada zona. Actualment­e, el municipio cuenta con poco más de 2.900 establecim­ientos dados de alta y el centro del municipio ya no permite la apertura de más establecim­ientos. El Consistori­o obliga a cada vivienda dada de alta a colocar un rótulo que indica el aforo, el número de licencia y el contacto de la persona responsabl­e.

El 2011 marcó un punto de inflexión para Lloret de Mar, cuando se produjo una auténtica batalla campal con varios heridos y destrozos en el mobiliario urbano y 20 turistas detenidos. El juicio contra aquellos vándalos aún no se ha celebrado, pero desde entonces el Consistori­o ha adoptado medidas con el objetivo de ir revirtiend­o un modelo turístico que busca despegarse del estigma de turismo de borrachera que acuñó la exconselle­ra Montserrat Tura. En el 2012 aprobó las ordenanzas de civismo y actualment­e está inmerso en un plan de reconversi­ón turística con implicació­n pública y privada que prevé 29 actuacione­s como la remodelaci­ón urbanístic­a de la zona de ocio. El objetivo es que en Lloret haya más gente de día y menos de noche. “Hace tiempo que hemos iniciado el camino para cambiar el modelo , pero las cosas no se hacen de un año para otro”, sostiene el alcalde Jaume Dulsat.

HISTÓRICA BATALLA CAMPAL La pelea del 2011 con 20 turistas detenidos marcó un hito en la reconversi­ón de Lloret

 ?? PERE DURAN / NORD MEDIA ?? Efecto disuasorio. Dos agentes cívicos contemplan, dispuestos a intervenir si es preciso, la fiesta en la calle de unos turistas
PERE DURAN / NORD MEDIA Efecto disuasorio. Dos agentes cívicos contemplan, dispuestos a intervenir si es preciso, la fiesta en la calle de unos turistas

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