Vínculos y tensiones
La importancia del viaje de Pedro Sánchez a Latinoamérica; y la convocatoria planteada por la ANC de un “paro de país” el día 1 de octubre.
ES importante que el presidente del Gobierno reactive las relaciones con Latinoamérica y las reafirme como una de las prioridades de la política exterior española. Conviene ser activos diplomáticamente para mantener el papel privilegiado de España como interlocutor con el conjunto de dicho continente y, especialmente, en su función de puente con la Unión Europea. Los estrechos lazos culturales, sociales y económicos que nos unen exigen un diálogo y una colaboración constante y fluida. En ese marco hay que situar la gira que Pedro Sánchez ha iniciado esta semana y que le ha llevado a Chile, adonde llegó ayer, y que proseguirá en Bolivia, Colombia y Costa Rica.
Junto a las cuestiones políticas y sociales, la gira del presidente Sánchez tiene también una destacada vertiente económica, dada la importante presencia de empresas españolas en el continente. Este es el caso de la visita a Chile, en donde España es uno de los principales inversores extranjeros, con una inversión acumulada cercana a los 19.000 millones de dólares. El intercambio comercial entre España y Chile en el 2017, además, alcanzó los 3.210 millones de dólares, lo que equivale al 17,22% del total del comercio de ese país con la UE. Ambos países mantienen una alianza estratégica que ha enriquecido el diálogo político, el desarrollo económico y el fomento de la investigación y la innovación.
La agenda de su entrevista con el presidente chileno, Sebastián Piñera, se centra en el análisis de las relaciones bilaterales y las de la Unión Europea con Latinoamérica, así como la situación en la región. El presidente Sánchez, además, se entrevistará con los presidentes del Congreso y del Senado de ese país y, asimismo, se reunirá con miembros de la comunidad española y con una representación de las empresas españolas presentes en Chile y que participan en sectores estratégicos de la economía del país. Lo mismo tiene previsto hacer en los otros tres países que visitará.
La visita a Bolivia, en donde se entrevistará con el presidente Evo Morales, tiene una especial importancia porque firmará un acuerdo, como han hecho ya Francia y Alemania, para facilitar el concurso de las grandes empresas españolas en el llamado tren bioceánico. Se trata de uno de los proyectos de infraestructura más importantes del continente, que unirá el puerto de Santos, en Brasil, con el puerto de Ilo, en Perú –el Atlántico con el Pacífico– cruzando Bolivia y Paraguay. Además, con Evo Morales, Sánchez abordará también la evolución de los programas de cooperación conjunta que mantienen ambos países, singularmente en materia de abastecimiento de agua.
En Colombia el eje de la visita será expresar la voluntad de apoyo a su proceso de paz y, en este sentido, Sánchez ofrecerá al presidente del país, Iván Duque, que España pueda tener un papel de facilitador de las negociaciones entre el Estado colombiano y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN). En Costa Rica se reunirá con su presidente, Carlos Alvarado, y visitará la sede de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
No habrá, probablemente, ningún balance espectacular de esta primera gira latinoamericana del presidente Sánchez, pero no por ello deja de ser importante. España tiene la obligación estratégica, tanto política como económica y social, de reforzar sus relaciones con Latinoamérica. Por ello es bueno que viajes como el realizado ahora se repitan con mayor asiduidad al conjunto de países del continente latinoamericano y superar, con ello, el déficit de presencia en ellos del Gobierno español que se había producido en los últimos años.