Filial galáctico
El joven de los 45 millones vivió un estreno gris en el Castilla
Vinícius Júnior, por el que el club que preside Florentino Pérez ha pagado 45 millones de euros, debuta finalmente, pero no con el Real Madrid en Montilivi, sino con el Castilla, en Segunda B, ante Las Palmas Atlético, al mediodía de un tórrido domingo en el Alfredo Di Stéfano de Valdebebas, con una asistencia de unos 1.000 espectadores.
Vinícius Júnior debutó finalmente, pero no con Real Madrid en Montilivi, sino con el Castilla, en Segunda B, ante el Las Palmas Atlético, al mediodía de un tórrido domingo en el Alfredo di Stéfano de Valdebebas, con una asistencia de unos 1.000 espectadores. Disputó 73 minutos, dejó alguna señal de su clase, como un par de caños, pero no tuvo ningún peso en el juego. Pasó inadvertido. Quizás un debut normal para un chaval de 18 años recién cumplidos que acaba de aterrizar en el fútbol europeo. Lo anormal es que Vinícius viene de jugar la última temporada en Maracaná con el Flamengo, con el que llegó a disputar la Copa Libertadores. Lo raro es que el Madrid, cuando el chaval tenía 16 años, pagase por su traspaso 45 millones.
El fichaje por el Madrid convirtió a Vinícius en una estrella mediática en Brasil. La prensa local especuló incluso sobre si Tite lo iba a llevar al Mundial. Vinícius no fue a Rusia y se presentó en Valdebebas en julio. Fue a la gira de Estados Unidos con su nuevo equipo y jugó algunos minutos. A su llegada a Madrid, Julen Lopetegui no le dio ni un minuto en los dos primeros partidos oficiales, ante el Atlético en la Supercopa de Europa y en el debut liguero frente al Getafe. A la semana siguiente lo explicó: “Le falta un punto de cocción. Entrenará con nosotros y cuando no le convoque jugará en el Castilla”. Dicho y hecho. Vinícius fue la gran novedad del Castilla de Solari. El equipo ganó 2-0, pero él pasó sin pena ni gloria.
La actuación de Vinícius con el Castilla ha sido una desilusión más para el madridismo en este verano cargado de paciencia y resignación, un eslabón más de fiascos cuando sólo quedan unos pocos días para que Florentino Pérez encuentre con quien suplir a Cristiano.
Sin embargo, con el fichaje de Vinícius y este mismo verano con el de Rodrygo Silva de Goes, de 17 años, y por otros 45 millones, el club blanco parece instalado en un cambio de estrategia. La apuesta no sería tanto tirar de chequera para fichar al galáctico de turno sino fichar al galáctico en ciernes. Con todo, la fórmula no carece de riesgos porque el precio pagado por los dos brasileños no es precisamente barato.
Ese precio tan abultado, noventa millones por dos promesas brasileñas, es lo que diferencia a esos dos fichajes respecto a los otros movimientos de mercado que ha hecho el Madrid en los últimos tiempos. Florentino Pérez lleva varios años invirtiendo en jóvenes promesas, con suerte de distinto sino. En el plano negativo destaca Martin Odegaard, fichado con 16 años por cuatro millones. El noruego no se adaptó al Castilla y ha entrado en una rueda de cesiones. El martes de la semana pasada se marchó rumbo al Vitesse holandés.
La otra cara de la moneda ha sido Marco Asensio, fichado en el 2014 al Mallorca cuando tenía 17 años por 3,5 millones y convertido en una de las estrellas del equipo.
En el caso de los dos brasileños el modus operandi del Madrid va a ser el mismo. El plan con Rodrygo, un fino extremo que recuerda a Neymar, será idéntico al seguido con Vinícius. La próxima campaña jugará cedido en el Santos y sólo aterrizará en el Bernabeu en el verano del 2019. En la planta noble del Bernabeu se confía en el manejo de los jóvenes por parte de Lopetegui. El técnico vasco entendió que el partido de Tallin le venía muy grande a Vinícius y que darle la responsabilidad de la remontada no era lo más adecuado.
Vinícius llama “profesor” a Lopetegui y dice aceptar una hoja de ruta que le marca ir paso a paso. Cuando fichó esperaba a Zidane y a Cristiano. Se ha encontrado todo patas arriba. De momento, tiene ficha en el juvenil A y es un refuerzo para el Castilla de Solari. Como no cambien las cosas le espera un recorrido por los campos del Pontevedra, Guijuelo, Cultural Leonesa, Rápido Bouzas… no parece fácil de asumir para quien viene de Maracaná.