El ogro de Castellterçol
El fugitivo, acusado de matar a un niño en 1998, vivía a salto de mata en España
Jos Brech, de 55 años, era el fugitivo más buscado de Holanda después de que en febrero unas pruebas de ADN sin precedentes –por su dimensión: 15.000 varones– le señalasen como principal sospechoso de la violación y asesinato del pequeño Nicky Verstapen.
Jos Brech, de 55 años, era el fugitivo más buscado de Holanda después de que en febrero unas pruebas de ADN sin precedentes –por su dimensión: 15.000 varones– le señalasen como principal sospechoso de la violación y asesinato del pequeño Nicky Verstapen, de 11 años, durante unas colonias de verano en un pueblo de Holanda... en 1998.
El domingo terminó la fuga de este experto en técnicas de supervivencia de montaña cuando agentes de los Grupos Operativos Especiales de Seguridad (los GOES) le detuvieron en un paraje boscoso de Castellterçol, a 50 kilómetros de Barcelona.
La policía española fue alertada el fin de semana de que el buscado Jos Brech podía estar en una casa de meditación en Castellterçol dirigida por un ciudadano argentino cuya identidad no ha sido facilitada y que cooperó con la policía española para facilitar que la detención no pusiese en riesgo la vida de los residentes en la casa, entre los que había niños con sus padres. Con la excusa de ir a por leña, condujo a Brech al lugar donde los GOES le redujeron con rapidez.
Ayer, Jos Brech pasó a disposición de la Audiencia Nacional. La juez Carmen Lamela dictó orden de prisión incondicional a la espera de que el Gobierno español apruebe la solicitud de extradición presentada por Holanda. Brech dio conformidad a la extradición: el final de una escapada interior de 20 años.
“Desde que la policía dijo el miércoles que Brech era el principal sospechoso del crimen, un crimen aberrante que no se había olvidado pese a los 20 años transcurridos, toda Holanda ha estado pendiente de la posible detención. No se hablaba de otra cosa. La detención en España ha causado una gran, gran alegría”, señala Guillaume De Bode, un holandés afincado en Barcelona, expresidente del CE Europa, que pasa unos días en Maastricht, muy cerca de la provincia de Limburg, donde la noche del 9 al 10 de agosto de 1998 el pequeño Nicky Verstappen desapareció de su tienda de campaña en un campamento de scouts. Su cadáver fue hallado la noche del 10. La investigación certificó que había sufrido abusos sexuales.
Jos Brech trabajaba en el campamento pero no fue incluido en la lista de sospechosos hasta que un joven policía observó, días después del asesinato, que circulaba en bicicleta entrada la noche, a una hora poco habitual. Le dio el alto y le identificó. Brech comentó que “hacía mucho calor y estaba repartiendo correo de los scouts”. La madre de aquel joven policía apareció ayer en las televisiones holandesas, entre el orgullo y el dolor: su hijo, policía militar, murió en la guerra de Irak en el 2004.
La policía interrogó a Jos Brech en dos ocasiones, como testigo, y no le incluyó en una primera lista de cien sospechosos sometidos a pruebas de ADN. Brech era un tipo poco sociable, vivía con su madre y pasaba temporadas en las montañas: estancias en Nepal, India, Pakistán, con escalada incluida al Everest, según De Telegraaf. Las autoridades de Lim burg lo describieron ayer como un especialista en técnicas de supervivencia.
La policía holandesa ha mantenido durante 20 años la línea de investigación. Llegaron incluso a desenterrar a un monitor sospechoso para practicar pruebas científicas. La mala noticia es que hasta el pasado febrero no se puso en marcha una medida decisiva: se pidió a 15.000 varones de la zona del crimen que se sometiesen a una prueba de ADN.
Brech desaparece y hay rastros de que se ha refugiado en la alta montaña francesa, donde la policía obtiene muestras para cotejar su ADN. Fue él, concluye la policía. El pasado miércoles, la Interpol emite una orden de búsqueda y captura y difunde fotos del sospechoso. Hasta el domingo, la policía holandesa recibió 1.500 llamadas, entre ellas la de un holandés que situó su rastro cerca de Barcelona. En horas, la policía española montó el dispositivo para arrestar a Brech, localizado en una casa rural. No opuso resistencia. Vivía a salto de mata en España desde marzo.
“En Holanda hay alegría pero muchos interrogantes: Brech siguió trabajando en campamentos de scouts...”, señala De Bode.
Brech fue apresado por los GOES junto a una casa rural en la que se celebraban cursos de meditación