Colombia vota contra la corrupción en un referéndum frustrado
Colombia ha dado otro paso en su normalización política, aunque aún muchos ciudadanos resten al margen. La abultada abstención frustró la aprobación de la iniciativa legislativa popular contra la corrupción sometida a referéndum el domingo pero sus promotores entregarán hoy al presidente, Iván Duque, y al Congreso los resultados, abrumadoramente a favor del sí, para que la tramiten de todas formas.
Las iniciativa quedó a medio millón de votos de ser ratificada, pues requería la participación de al menos la tercera parte del censo. Votaron 11,6 millones de colombianos (32%) y eran necesarios 12,1 millones. Las siete preguntas de la papeleta pretendían acotar el margen de maniobra de los políticos deshonestos. La consulta era muy simbólica pues en cualquier sociedad la gran mayoría no avala la corrupción. El resultado a la búlgara pero democrático lo evidencia: el sí superó el 99% en las siete cuestiones.
En realidad, las medidas eran un torpedo contra la desacreditada clase política, ya que una pregunta planteaba la bajada de sueldo a legisladores y altos funcionarios; otra –la menos votada– limitaba a tres mandatos cualquier cargo de elección popular; una tercera –la más apoyada– obligaba a diputados, senadores y representantes regionales o municipales a rendir cuentas anualmente sobre su trabajo; y una cuarta instaba a someter los presupuestos a audiencias públicas.
En las tres preguntas restantes se proponía el cumplimiento íntegro y sin privilegios de las penas de los condenados por corrupción; la obligación de unificar los pliegos de licitaciones públicas para evitar contratos a dedo; y la imposición de que todos los cargos electos presenten declaraciones de bienes, que automáticamente pasarían al Estado en caso de sentencia condenatoria, junto con los de sus testaferros o familiares involucrados.
La iniciativa legislativa popular está establecida en la Constitución, que data de 1991, pero el domingo fue la primera vez que se puso en práctica tras la campaña impulsada por Claudia López, exsenadora y excandidata socialdemócrata a la vicepresidencia.
El referéndum provocó el primer roce entre Duque y su mentor, el expresidente Álvaro Uribe, quien tildó la consulta de “engañosa” porque López es una de sus mayores detractoras, aunque finalmente se posicionó a favor de las medidas. En cambio, Duque, cuyo programa ya incluía acciones similares, apoyó la iniciativa y, tras los resultados, instó al Parlamento a implementar las reformas. “Sin importar los resultados, quedó claro que Colombia no aguanta más corrupción”, dijo.