La abstinencia sexual
Es muy loable la buena voluntad y valentía del papa Francisco condenando y denunciando los abusos cometidos en niños por miembros de la Iglesia; cualquier esfuerzo que se haga para evitarlos en un futuro ha de ser bien acogido y promocionado.
Consideremos ahora el lado de los agresores: cuánto sufrimiento, autoculpabilización, lucha, arrepentimiento, sensación de vergüenza, depresión que habrán sufrido la mayoría de esos prelados, ahora maldecidos por su entorno.
La naturaleza humana no es igual en todos; en algunos miembros masculinos la fuerza natural de las hormonas seguirá rigiendo sus instintos naturales poniéndolos en cruel contradicción con lo que su mente desearía que hicieran. Son cientos de casos los que han aflorado; por ello creo que la Iglesia católica debería reconsiderar su “política de celibato”: con una esposa o compañera, muchos de esos abusos no se hubieran cometido ni la sexualidad reprimida de los agresores se hubiera desviado hacia menores, evitando sufrimientos a agredidos y agresores.
Si no se cambia esa política de celibato, desgraciadamente, surgirán nuevos casos. Según qué ríos es muy difícil sacarlos de su cauce natural y son muchos los ríos que no aceptan, aunque querrían, otros cauces.
RAMÓN TORMO CARNICÉ Subscriptor
Barcelona