Artífice de la transición
ALFONSO OSORIO GARCÍA (1923-2018) Vicepresidente del Gobierno con Adolfo Suárez
Político, monárquico, demócrata y de derechas. Alfonso Osorio García, vicepresidente del Gobierno con Adolfo Suárez, diputado y vicepresidente de la Alianza Popular de Manuel Fraga hasta 1988, es uno de los artífices de la transición, aunque no formara parte de la ponencia que redactó la Constitución, es decir, de los denominados “padres de la Patria”. Sin embargo, su papel en aquellos años fue clave para convencer a los suyos de que en España podía y debía de haber una derecha democrática y moderna.
A Osorio no le importó dimitir cuando a su juicio Adolfo Suárez, de quien había sido persona de confianza, giró a la izquierda, como dimitió también en 1988 como vicepresidente del PP, por no estar de acuerdo con Manuel Fraga. Él era más aperturista. Por eso no es de extrañar que uno de entre sus principales libros, además de De orilla a orilla –donde explica los entresijos de la transición– sea Escrito desde la derecha, publicado en 1985 y donde afirma que “la derecha española tiene que definirse en el futuro no por su afición al orden y a la autoridad, sino por su amor a la libertad”.
Alfonso Osorio nació en noviembre de 1923 en Santander. Es comandante auditor del Cuerpo Jurídico del Aire y abogado del Estado. Persona muy ligada al rey Juan Carlos, fue consejero del Reino y procurador en las Cortes franquistas por representación del tercio familiar. No llega al Gobierno hasta muerto Franco, cuando dada su cercanía al Rey es nombrado por Carlos Arias Navarro ministro de la Presidencia y ya en 1976, con Adolfo Suárez en la presidencia del Gobierno, vicepresidente, además de senador por designación real en las primeras Cortes democráticas.
Siendo vicepresidente fue uno de los ministros de Suárez que asumió sin rechistar la legalización del PCE y convenció a algunos de los ministros de aquel Gobierno para que no dimitieran, porque con ello harían daño a la Monarquía, no a Suárez.
Creía, tiene declarado, que UCD tenía que haber sido una derecha “moderna, civilizada, europea y capaz de dialogar”. Cuando considera que Suárez abandona ese centroderecha, después de ver los buenos resultados de Felipe González en 1977 y 1979, se va.
Sólo le ataba su lealtad al rey Juan Carlos y eso le permitió abandonar los puestos que ocupaba cuando discrepaba de lo que más convenía a España y a la Monarquía. Con la descomposición de UCD se inclina por la Alianza Popular de Manuel Fraga, que intentó que concurriera junto a la UCD a las elecciones de 1982, las que ganó Felipe González. Apoyó a Hernández Mancha para que presidiera Alianza Popular sólo porque se lo pidió Fraga y vio cómo Aznar le hizo la vida imposible hasta que le sustituyó al frente de AP. Para entonces ya se había ido de la vicepresidencia del partido, por discrepancias con Fraga, como tampoco estuvo de acuerdo después con Aznar, a quien nunca votó, por evitar declararse de derechas. De esa derecha “democrática, justa, equilibrada” que él propugnaba y que resumía en ser “una derecha civilizada”. Y quizá por eso sí voto a Mariano Rajoy.
Alfonso Osorio es uno de los ocho ministros de Arias Navarro imputados por una juez argentina recientemente por los sucesos de Vitoria, en los que él, como ministro de la Presidencia, asegura que no intervino.
Ha relatado que cuando se enteró de los hechos llamó a Manuel Fraga, entonces ministro de la Gobernación, y su respuesta fue: “¿A ti qué se te ha perdido en este entierro?”, y le colgó. También exculpa a Martin Villa, otro –casi el último– de los supervivientes de aquellos políticos de derecha que supieron mirar el futuro y se volcaron, desde su ideología, en hacer la transición.