Urkullu sugiere liberar a Junqueras para favorecer la distensión
El lehendakari señala el interés de un discurso distinto al de Puigdemont
En plena crisis de los lazos, y en días de enfrentamiento latente en la sociedad catalana, el lehendakari Urkullu apuntó ayer la posibilidad de que una liberación de Oriol Junqueras contribuyera de modo decisivo a rebajar la tensión en Catalunya.
El lehendakari, Íñigo Urkullu, sugirió ayer que el panorama político catalán puede cambiar si el líder de ERC, Oriol Junqueras, sale de prisión. No aludió sólo a dar satisfacción a los amplios sectores políticos y sociales que lo reclaman –que también–, sino al puro pragmatismo político, al propósito de reconducir la situación catalana hacia escenarios de distensión y diálogo: Junqueras, a juicio del lehendakari, aportaría un discurso más posibilista y trabajaría por la cohesión social en un momento en que las tensiones en la sociedad catalana comienzan a expresarse en la calle.
Preguntado por su visita a Junqueras en prisión, Urkullu dijo deberse a la discreción y no quiso revelar nada de lo hablado entonces, salvo que quería escuchar un relato de primera mano de la crisis del otoño del 2017, pero si reflexionó en voz alta sobre el escenario político actual: “Sería interesante replantearse si personas que están en situación de prisión preventiva podrían tener una capacidad de discurso ante la sociedad catalana y el conjunto del Estado que ayudara a interpretar el momento y el objetivo final”.
Urkullu aludió tanto a Junqueras como al resto de políticos encarcelados asegurando que se mueven con una estrategia cuyos objetivos son la mejora de la convivencia, la distensión política y el afianzamiento de la cohesión social. Aunque Urkullu no lo mencionara, el objetivo contrario a la actual estrategia del Govern, que consiste en subrayar la contradicción y la pugna con el Estado para mantener movilizada a la Catalunya independentista ante el inminente calendario de efemérides, desde el Onze de Setembre al 1-O. El presidente vasco no aprecia riesgo alguno de huida de Junqueras y el resto de encarcelados, y en todo caso, recuerda que existen mecanismos jurídicos y técnicos para limitarlo.
El ejecutivo vasco celebraba ayer su primer Consejo de Gobierno tras las vacaciones en el palacio de Miramar, en la playa de la Concha de San Sebastián, y tras la reunión, el lehendakari opinó también sobre la controversia en torno a la defensa en Bélgica del juez Pablo Llarena, en la demanda interpuesta por Carles Puigdemont. Urkullu señaló que no entendería una actuación de amparo del Gobierno español a Llarena en la medida en que la demanda afecta a unas declaraciones realizadas fuera del Supremo, en un evento por el que recibió un pago, lo que supone una actuación “más como político que como juez”. Íñigo Urkullu, eso sí, entiende que debe actuarse con el debido respeto a “las soberanías jurisdiccionales del Estado belga y del Estado español”.
Sobre la batalla de los símbolos y su correlato en forma de discursos políticos de alarma, así como la investigación abierta por la Fiscalía a los Mossos d’Esquadra por las supuestas identificaciones de ciudadanos que retiran lazos, el líder jeltzale cree que es un efecto colateral del empeño “judicializar la política y politizar la justicia, un enredo”, señala, “en el que estamos permanentemente y que no contribuye en nada a la convivencia y la cohesión social”. Urkullu subraya, en este sentido, que es perentorio que “todos hagamos todo lo posible por rebajar la tensión”, y en la consecución de ese objetivo, la salida de la cárcel de Oriol Junqueras puede ser un factor determinante.
El líder nacionalista cree que la guerra de los lazos es un efecto de la “judicialización de la política”