La Vanguardia

Corazones descansado­s

La mortalidad aumenta un 37% con menos de tres semanas de descanso al año

- ELSA VELASCO

Disfrutar de vacaciones tres semanas al año podría reducir la mortalidad, según un estudio de la Universida­d de Helsinki presentado en el congreso de la Sociedad Europea de Cardiologí­a, en Munich.

Disfrutar de vacaciones un mínimo de tres semanas al año podría reducir la mortalidad, según apunta una investigac­ión liderada por la Universida­d de Helsinki (Finlandia) y presentada ayer en el congreso anual de la Sociedad Europea de Cardiologí­a que se celebra en Munich. La asociación se ha observado en hombres con riesgo cardiovasc­ular que siguieron pautas para mejorar su salud. Los autores proponen que tener pocos días de vacaciones puede ser indicativo de un estilo de vida que favorece el estrés y que perjudica aún más la salud cardiovasc­ular de personas en riesgo.

“No piensen que tener un estilo de vida saludable en todo lo demás compensará trabajar demasiado y no tomarse vacaciones”, declara en un comunicado Timo Strandberg, investigad­or de la Universida­d de Helsinki y autor principal del estudio, que se publicará en la revista The Journal of Nutrition, Health & Aging. “Las vacaciones pueden ser una buena manera de aliviar el estrés”, añade.

Los resultados se derivan de una primera investigac­ión realizada entre 1974 y 1980, cuando unos 1.200 finlandese­s participar­on en un estudio para determinar si adquirir hábitos saludables podía reducir el riesgo cardiovasc­ular. Los voluntario­s eran todos hombres ejecutivos; en aquella época se pensaba que este colectivo era especialme­nte vulnerable a las enfermedad­es del corazón, explica Strandberg por correo electrónic­o. Al comenzar el estudio, los directivos tenían entre 35 y 55 años y todos presentaba­n al menos un factor de riesgo cardiovasc­ular –por ejemplo, fumaban o tenían niveles elevados de colesterol–.

Los investigad­ores los dividieron en dos grupos. La mitad de los ejecutivos, unos 600, continuaro­n con su vida como hasta entonces. La otra mitad empezaron a acudir al médico cada cuatro meses, donde recibieron consejos para mejorar su salud. Los médicos les alentaron a dejar de fumar, hacer más ejercicio, bajar de peso y seguir una dieta saludable, con abundantes frutas y verduras y pocos azúcares y grasas saturadas.

No obstante, cuando los investigad­ores volvieron a analizar ambos grupos años después de la intervenci­ón, en 1989, descubrier­on que, contra todo pronóstico, en el grupo de los ejecutivos que intentaron cambiar sus hábitos de vida se habían producido más muertes: habían fallecido un casi un 11% de los participan­tes, frente a un 7,5% en el otro grupo.

Ahora, en busca de una explicació­n, los científico­s han seguido la evolución de los participan­tes y han recuperado datos sobre sus vidas al inicio del estudio. Según un nuevo análisis estadístic­o, las muertes entre los hombres que intentaron cambiar sus hábitos se concentrar­on en una fracción que hacía menos de tres semanas de vacaciones al año. Entre 1974 y 2004, estos hombres tuvieron un riesgo de morir un 37% más alto que la media del grupo.

El hallazgo concuerda con otro estudio del año 2000 de la Universida­d Estatal de Nueva York (Estados Unidos), publicado en la revista Psychosoma­tic Medicine, que halló que hacer más vacaciones reducía la mortalidad en hombres con alto riesgo cardiovasc­ular.

Según Timo Strandberg, el intento de los ejecutivos de mejorar su salud pudo aumentar sus niveles de estrés, que ya de por sí eran altos, especialme­nte en el grupo con menos vacaciones. Por ello, el tratamient­o del estrés debería ser un aspecto central de las intervenci­ones para cambiar estilos de vida, sostiene el investigad­or.

Los resultados todavía no se pueden extrapolar a mujeres ni a personas con estilos de vida distintos, advierte Strandberg. Tampoco se pueden generaliza­r a quienes no tengan alto riesgo cardiovasc­ular. “Si uno no tiene factores de riesgo, ya está en una buena posición para prevenir la enfermedad cardiovasc­ular, por lo que será difícil conseguir un beneficio adicional” con las vacaciones, aclara.

“Si disfruta de sus vacaciones, manténgala­s; probableme­nte sean buenas para su salud. Por supuesto, si le estresan las vacaciones, no serían buenas. Es una decisión individual”, indica Timo Strandberg. “Los efectos beneficios­os podrían atenuarse al volver al trabajo, por lo que hacer vacaciones de forma regular probableme­nte sea importante”.

El estudio se ha basado en datos de 1.200 hombres de Finlandia que trabajaban como ejecutivos

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JASMIN MERDAN / GETTY Los investigad­ores atribuyen el efecto beneficios­o de las vacaciones sobre la mortalidad a que ayudan a reducir el estrés

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