Detenidos por primera vez los líderes de un salto violento de la valla en Ceuta
Los 10 subsaharianos acusados de atentado dejaron a 22 guardias heridos, 5 graves
Nunca hasta entonces se había vivido un salto de la valla de Ceuta con tanta violencia. El pasado 26 de julio los migrantes subsaharianos lanzaron cal viva, heces, ácido de baterías y utilizaron aerosoles como lanzallamas contra los agentes que custodiaban el perímetro fronterizo. Seiscientos jóvenes lograron entrar en la ciudad autónoma, con un saldo de 22 guardias civiles heridos, cinco de ellos de consideración, y más de cien inmigrantes lesionados.
Ayer, en una actuación sin precedentes, diez de ellos fueron detenidos bajo la acusación de atentado a los agentes de la autoridad, daños y pertenencia a organización criminal. El Código Penal establece para estos delitos penas de entre los dos y cinco años de cárcel, aunque habrá que esperar a la calificación judicial para ver si se mantienen dichos cargos.
Por primera vez, la Guardia Civil ha llevado a cabo una investigación prolongada y minuciosa para dar con los cabecillas del violento salto de la valla del 26 de julio, un suceso que marcó un antes y un después en este tipo de situaciones.
Un mes después, provistos de las órdenes judiciales pertinentes, los agentes procedieron a la detención, a primera hora de la mañana, de un ciudadano de Togo, siete de la República de Guinea y dos de Camerún. Todos ellos se encontraban alojados en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta, a la espera de conocer su futuro. El presunto jefe del grupo es un exguerrillero togolés considerado muy “peligroso”, por lo que sobre él existía una especial atención para evitar su fuga.
Las labores de identificación de los cabecillas han sido complicadas. Se utilizaron las cámaras de seguridad y, sobre todo, el contacto con los subsaharianos que entraron sin recurrir a la violencia aquella mañana. El líder togolés arremetió ayer contra un guardia civil en el momento de su detención y le produjo una brecha en la cabeza, de la que fue tratado por el personal de una amno bulancia que se encontraba en el CETI.
La delegada del Gobierno en Ceuta, Salvadora Mateos, señaló que “no se van a permitir actuaciones de esta índole. Se va a continuar igual. El que entre violentamente y agrediendo va a recibir el mismo pago. No lo vamos a consentir”.
No es la primera vez que se producen detenciones de implicados en agresiones a los agentes tras un asalto al perímetro fronterizo, pero nunca se habían realizado en este número y tras una exhaustiva investigación. En septiembre del 2016 fueron retenidos tres subsaharianos que lanzaron piedras contra los guardias civiles que intentaban evitar la entrada de 150 personas, pero no llegaron a ser puestos a disposición judicial. Hasta ahora, la Guardia Civil detenía a ninguno de los recién llegados ya que, por lo general, los subsaharianos actuaban sin violencia hacia los agentes, más allá de alguna reacción puntual desmesurada. Tampoco se procedía a la identificación de los supuestos cabecillas del salto, ya que se daba por hecho que todos actuaban más o menos bajo su propia responsabilidad. Esta es la primera operación de este tipo que se realiza en Ceuta.
Pero el violento salto del mes pasado ha encendido todas las alarmas y, en esta ocasión, se ha considerado necesario emplearse con dureza contra los principales implicados y proceder a la identificación de sus líderes.
La semana pasada se produjo otro salto con violencia y las 115 personas que pasaron fueron devueltas a Marruecos.
POSIBLE CALIFICACIÓN JUDICIAL Los delitos que les imputan tienen penas de entre dos y cinco años de cárcel
INVESTIGACIÓN MINUCIOSA El presunto jefe es un exguerrillero togolés considerado “muy peligroso”