La soledad de Jennifer
Para indignación de las cineastas, la directora de ‘The nightingale’ es la única mujer entre los 21 realizadores que pugnan por el León de Oro
La australiana Jennifer Kent, con su película The nightingale (El ruiseñor), es la única mujer que como directora compite dentro de una sección oficial de la Mostra con una más que nutrida representación masculina de 20 realizadores. Esto, en los tiempos del #MeToo, le está pasando la previsible factura a los responsables del festival italiano.
Ante las primeras críticas y acusaciones de discriminación, el director del certamen, Alberto Barbera, adujo que él y su equipo se fijan “en la calidad y no en el género”. En buena hora.
Barbera añadió que la Mostra es sólo el final de un largo y difícil proceso que, cosa totalmente ajena a su voluntad, ya de entrada venía marcado por una clara predominancia de hombres al frente de los proyectos cinematográficos. Así –indicó–, de los 1.650 filmes presentados al festival sólo el 23% estaba dirigido por una cineasta. Después de la selección de cintas a exhibir en Venecia, el porcentaje se situó en el 21%, añadió. Lo malo fue que, justamente en la más importante de las secciones, la oficial a concurso, el índice bajó hasta ese 4% que representa la soledad de Jennifer Kent como única cineasta entre un total de 21 directores que compiten por el León de Oro.
El director reiteró al respecto que durante la criba no se juzgó más que el nivel de las películas, y a renglón seguido amenazó con dimitir del cargo si se imponen cuotas por la igualdad.
La European Women’s Audiovisual Network, organización que agrupa a las profesionales del cine de la UE y que preside la barcelonesa Isabel Coixet, lamentó también esa reacción. “Nos duele la sugerencia implícita de que si se incluyeran más películas de mujeres bajaría la calidad”, señaló la asociación.
Otras fuentes del sector que la revista The Hollywood Reporter citaba en un generoso reportaje sobre el tema consideran que el desequilibrio de género en la Mostra refleja la “cultura de masculinidad tóxica” que supuestamente impera en Italia.
Ahora Alberto Barbera busca la paz con distintas organizaciones de cineastas mediante compromisos para una mayor representación femenina en la Mostra en particular y, en lo que de él dependa, en el cine en general. Es lo que le toca.
La controversia de los hechos y las políticas de género era ayer el mayor pero no el único quebradero de cabeza para la dirección del certamen veneciano. El festival se inaugura hoy en un ambiente de pesar en todo el país por la todavía muy reciente tragedia del derrumbe del puente del puente Morandi en Génova, con el resultado de 43 muertos. El presidente de la República, Sergio Mattarella, anunció ayer que no acudirá a la gala inaugural de la Mostra en señal de luto por este suceso.
La política italiana, tan convulsa como de costumbre, también afecta ya al festival. El encargado de conducir las ceremonias de la inauguración y la clausura, el actor italiano Michele Riondino, creó ayer un pequeño terremoto local cuando, a la pregunta de un periodista sobre qué haría si se encontrara en el festival con el ministro del Interior y líder de la Liga, Matteo Salvini, declaró: “Le evitaría con gusto. Salvini no me representa y no representa a la mayoría de los italianos que no votaron por él. También digo esto como una figura pública que apoyó la campaña electoral del M5 (Movimiento Cinco Estrellas)”.
Por lo demás, todo parecía ayer preparado en una soleada y calurosa isla del Lido cuyos habitantes empezaban a ver los prolegómenos del concurrido desfile de estrellas previsto hasta el sábado de la próxima semana, día de la gala de la entrega de premios. Todo preparado o casi, pues como corresponde a todo acontecimiento que se precie por estas latitudes, los operarios seguían trabajando y los camiones seguían yendo y viniendo a los dos edificios principales de la Mostra, el Palazzo del Cinema y el antiguo Casino del Lido.
El presentador de las galas de apertura y cierre, el actor Michele Riondino, cargó contra el ministro Salvini