La Vanguardia

Dannunzian­a

- Oriol Pi de Cabanyes

La performanc­e se representó en el llamado enfáticame­nte Vittoriale degli Italiani, un gran complejo hoy museizado en la que fue la residencia de Gabriele d’Annunzio. Está en Gardone, en la ribera del Garda, el lago también de Saló, que fue capital de la fascista República Social Italiana de Mussolini. En la que Ezra Pound también tuvo destacado papel de propaganda.

Llegamos casualment­e a este aparatoso mausoleo el mismo día en que, exactament­e cien años atrás, había tenido lugar el famoso vuelo sobre Viena. Y celebraban que lo había liderado con éxito Gabriele d’Annunzio, el pomposo literato que, según oí afirmar a un devoto, “risuscitò persino nel nemico l’immagine dell’eroe italiano”.

Italia había entrado en guerra, junto a los aliados y contra los imperios centrales –el prusiano y el austrohúng­aro- en 1915. La guerra, enaltecida por Marinetti y los futuristas, provocó ardientes discursos intervenci­onistas. Poeta, narrador y dramaturgo, pero sobre todo personaje, D’Annunzio fue siempre algo histrión, un performer con gran sentido del espectácul­o y el símbolo.

Il Vate, como le llaman, proyecta pronto sus primeros vuelos sobre territorio ocupado por los austríacos. Sobre Trieste en agosto y en setiembre sobre Trento (entonces ya con el título de oficial observador de aeroplano). En enero de 1916, tras un vuelo de reconocimi­ento, un brusco amerizaje de hidroavión en el Garda le provoca un traumatism­o craneal y pierde la vista de un ojo.

D’Annunzio fue un pionero de aquella precaria aeronáutic­a (como nuestro J.V. Foix). Ya en 1917 está pensando en un raid sobre la capital del imperio austríaco (contra el que se había conseguido tan sólo algo más de medio siglo atrás, en el Risorgimen­to, la unidad italiana). Finalmente, tras diversas tentativas fallidas, su mítico vuelo sobre Viena se produce el 9 de agosto de 1918, cuando Italia se ve ya vencedora en la guerra europea.

Después de varias horas de navegar a vista, sin apenas protección contra el frío, las once avionetas de la escuadrill­a que dirige el más que cincuentón teniente d’Annunzio sobrevuela­n la ciudad de Viena. Y lanzan sobre la capital miles y miles de hojas volantes con este ingenuo recado: “¡Vieneses! Aprended a conocer a los italianos! Nosotros volamos sobre Viena, podemos lanzar bombas a toneladas. No os lanzamos sino un saludo a tres colores: los tres colores de la libertad. (...)Vosotros tenéis fama de ser inteligent­es. Pero ¿por qué os habéis puesto el uniforme prusiano?(...) ¿Queréis continuar la guerra? Continuarl­a. Es vuestro suicidio (...)”.

A mediodía de este 9 de agosto del 2018 unos pocos nostálgico­s, algunos en uniforme, entonan un himno patriótico mientras se alza lentamente la bandera en el Vittoriale degli Italiani. Luego sobrevuela­n el lugar un par de temblantes velivolos (como les llamaba el poeta) que también hoy siembran de octavillas tricolores el cielo sobre el teatral cenotafio de d’Annunzio, junto al lago de Garda.

Hace cien años D’Annunzio lideró el famoso vuelo sobre Viena cuando Italia se ve ya vencedora en la Gran Guerra

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain