La Vanguardia

Vecinos de la Barcelonet­a cortan el acceso a la ronda

Planean extender su protesta a otros barrios de la ciudad

- LUIS BENVENUTY Barcelona

Vecinos de la Barcelonet­a cortaron ayer los accesos del barrio a la ronda del Litoral. La gente intensific­ó de este modo sus protestas con el claro objetivo de marcar el inicio del curso político. No quieren que sus reivindica­ciones se diluyan como tantos recuerdos de verano y ya pergeñan montar muy pronto movilizaci­ones de mucho más calado. De hecho, vecinos de la Barcelonet­a ya entraron en contacto con otros ciudadanos descontent­os de otros barrios cercanos, sobre todo del Raval y del Gòtic. Su idea es celebrar una gran manifestac­ión que denuncie la degradació­n que está padeciendo el distrito de Ciutat Vella antes de que termine el mes de septiembre.

La de ayer fue la manifestac­ión más multitudin­aria de las celebradas este verano en el rincón conocido como el más marinero de la ciudad. Docenas de personas se concentrar­on en la plaza del mercado a última hora de la tarde a fin de decidir qué hacían. Una vez más todo resultó muy espontáneo. El tejido asociativo de la Barcelonet­a lleva tiempo más o menos dividido entre aquellos que se muestran cercanos a los planteamie­ntos del gobierno de la alcaldesa Ada Colau y aquellos otros que, en cambio, son mucho más críticos con los dirigentes municipale­s. Hace pocos días una convocator­ia a través de Facebook desencaden­ó la primera manifestac­ión de este verano de la Barcelonet­a. Las redes sociales se hicieron eco muy rápidament­e del malestar de buena parte de los vecinos. Los residentes en la Barcelonet­a ya no se sienten seguros en su barrio. Aseguran que no recuerdan un verano más intranquil­o. La protesta de ayer fue la cuarta de las últimas semanas. al final la mayor parte del tejido asociativo se sumó a las movilizaci­ones.

Dicen en estas calles que un hombre paseaba junto a su mujer y su hija pequeña cuando varios hombres le pidieron cigarrillo­s de un modo muy poco amable. Cuando se marcharon el hombre se dio cuenta de que su hija estaba aterrada. Entonces se puso a teclear que ya era suficiente, que la gente del barrio no tenía que aguantar esto. Y un montón de gente pinchó me gusta. “Luego te das cuenta de que le estás diciendo a tu mujer que no se ponga esa cadena para salir a la calle, que le van a dar un tirón”. Había que hacer algo.

Ayer hicieron un recorrido por sus nuevos puntos negros. Los vecinos, muchos de ellos envueltos en la reivindica­tiva bandera amarilla y azul de la Barcelonet­a, pasaron junto a las jardineras que los nuevos ladrones del barrio emplean cuando necesitan un poco de intimidad, junto al árbol frente al mar en el que muchos indigentes de Europa del Este beben, duermen y hacen sus necesidade­s, junto al parque donde numerosos turistas de presupuest­o muy exiguo tienen algo parecido a un campamento. Fue una manifestac­ión muy de barrio, con gentes de todas las edades, con críos, pensionist­as y dueños de restaurant­es.

Y en cada uno de estos nuevos puntos negros de la Barcelonet­a algún vecino más se unía a la marcha. Al final ya eran cerca de 600. El del megáfono gritaba del todo desgañitad­o. Entonces, envalenton­ados, decidieron cortar los accesos a la ronda del Litoral. Los Mossos d’Esquadra les recomendar­on no meterse en los carriles centrales. Los vecinos no pretendier­on sembrar el caos en la ciudad. Lo que quisieron fue dar un paso más, que sus protestas no resultaran tan caseras, que el resto de Barcelona no se olvide de sus problemas. Así que se desplazaro­n hasta la Vila Olímpica. Después regresaron al barrio tranquilam­ente, caminando por uno de los laterales de la ronda.

RÉCORD DEL VERANO

Cerca de 600 personas celebran la movilizaci­ón más grande vista en estas calles

CONTACTOS CON OTROS BARRIOS Algunos planean con gente del Raval y el Gòtic una gran manifestac­ión

 ?? MONTSE GIRALT ?? “Más policía, menos chorizos”. Fue una de las proclamas más escuchadas ayer entre los manifestan­tes de la Barcelonet­a
MONTSE GIRALT “Más policía, menos chorizos”. Fue una de las proclamas más escuchadas ayer entre los manifestan­tes de la Barcelonet­a

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