Una banda entraba en pisos tras robar las llaves en bares
Los ladrones hacían copias de las llaves, devolvían el original, y meses después iban al piso, siempre de chinos, a desvalijarlo
Hay múltiples maneras de entrar por la fuerza en un piso para robar. A lo bruto, reventando la cerradura y saqueando todo lo que está a la vista en pocos minutos. O, con la planificación y la organización que trabajaba la banda de colombianos desarticulada por los Mossos d’Esquadra en Barcelona. De los diez detenidos, cuatro siguen en prisión. Los arrestados podían llegar a invertir meses en la elaboración y la ejecución de cada uno de sus golpes. Detenerlos ha sido casi un trabajo de chinos, como la totalidad de sus víctimas.
A primeros de año, a los mossos les llamó la atención algunas denuncias de ciudadanos chinos que aseguraban haber sufrido un robo en su casa, pero ni la cerradura ni la puerta habían sido forzadas. Y de hecho, cuando llegaba la policía científica a la vivienda, comprobaba que aquella puerta sólo podía haber sido abierta con una llave.
A partir de algunas identificaciones de ciudadanos colombianos con antecedentes en los alrededores de algunos de los pisos robados, primero la unidad de investigación de Sants, y más tarde con la ayuda de la unidad central de multirreincidentes de los Mossos, se empezó a hacer comprobaciones a partir de un grupo de sospechosos. Un juzgado de Barcelona asumió la investigación y autorizó a los investigadores a trabajar con teléfonos intervenidos y seguimientos. La única manera de demostrar que se trataba de una banda criminal organizada.
Los ladrones elegían primero a sus víctimas, siempre dueños de bares o restaurantes de Barcelona. Entraban como clientes y se dedicaban a observar. Podían ir las veces que fueran necesarias, hasta controlar el lugar del local en el que se guardaban las llaves de la casa. Mientras unos entretenían a la víctima, otro se colaba, casi siempre tras la barra, y robaba las llaves. Inmediatamente después acudían a un establecimiento en el que hacían un duplicado. Y ese mismo día, con el mismo sistema, dejaban las originales en su lugar.
Después se realizaban los seguimientos a la víctima, hasta ubi- car la dirección de su casa. Mientras unos vigilaban a los dueños tras abandonar el piso, otro comprobaban que la llave abría correctamente. Era una gestión de verificación, porque ese primer día nunca robaban. Los investigadores entienden que lo hacían para protegerse aún más, distanciando el robo de la llave de la entrada en la vivienda, por si en alguna ocasión habían sido grabados con cámaras de seguridad, tal y como llegó a pasar. Podían pasar meses entre conseguir la llave y desvalijar la casa. Tras las detenciones, los mossos encontraron una treintena de llaves de pisos que no han sido identificados y que estarían pendientes de ser asaltados.
Durante siete meses, el grupo fue escuchado por teléfono e investigado
Los Mossos realizaron seguimientos y escuchas durante siete meses, y han acreditado banda organizada
en jornadas interminables de seguimientos a las víctimas. Actuaban, como aseguró ayer el inspector de la División de Investigación Criminal, DIC, Jordi Ollé, “con metodología policial, haciendo seguimientos y vigilancias como las nuestras”.
Alguno de los detenidos vivía en una gran casa ocupada ilegalmente en Palau de Plegamans en la que un colombiano con lesiones al precipitarse en el 2013 cuando escalaba para robar un piso en Italia, les realojaba en habitaciones por unos cuantos euros. Dos de los arrestados tenían documentación que acreditaba que habían sido militares en Colombia, ahora estaban en la reserva, y aprovecharon la celebración del último mundial de fútbol para hacer entrar en Europa a nuevos compatriotas ladrones por Rusia.
Entre los detenidos habían lazos de parentesco y casi todos eran familiares, integraban una gran mafia en la que cada uno tenía asignada una función. No perdían el tiempo. Algunas tardes las mujeres de la banda se citaban para salir juntas a robar caprichos en centros comerciales.