Salma Hayek se recasa por sorpresa en Bora Bora
Les acompañaron sus hijas Valentina Paloma y Mathilde
A partir de ahora Salma Hayek y François-Henri Pinault tendrán dos aniversarios. Porque, cuando aún falta más de un año para cumplir sus bodas de aluminio, es decir, diez años casados, la pareja ha renovado sus votos matrimoniales en la isla de Bora Bora (Polinesia Francesa), donde han pasado unos días de vacaciones. La actriz y el empresario contrajeron matrimonio civil en febrero del 2009 en una discreta ceremonia en París, pero a los pocos meses celebraron su amor por todo lo alto en Venecia. Este segundo enlace les costó casi tres millones de euros. Una minucia para Pinault, el rey del lujo francés, presidente de un conglomerado de marcas como Gucci, Balenciaga o Ives Saint Laurent.
Para esta reboda, la actriz mexicana lleva un vestido rojo veraniego, la melena suelta, calza sandalias y camina de la mano de su marido mientras sostiene un ramo de flores. “Yo hubiera escogido otro vestido, pero me dijeron que íbamos al spa”, explica en su cuenta de Instagram. Él viste camiseta y pantalón de chándal.
“El mejor momento de este verano fue cuando mi marido me organizó una ceremonia sorpresa para renovar nuestros votos matrimoniales”, escribía al pie de la primera de las imágenes Hayek. En la boda, que se celebró en la playa, estuvieron acompañados por Valentina Paloma Pinault, la hija que tienen en común, que en septiembre cumplirá 11 años, y la adolescente de 17 años Mathilde Pinault, fruto de un primer matrimonio del francés con Dorothée Lepère. Ellas se convirtieron en las testigos de una romántica renovación de votos.
En estas vacaciones con final en boda no han estado el otro hijo que tuvo Pinault con su primera mujer, François (20 años), ni Agustin James, a quien reconoció legalmente tras una dura batalla judicial con la modelo Linda Evangelista. Este niño sólo se lleva 11 meses con Valentina Paloma.
La ceremonia la ofició un sacerdote y no faltaron el intercambio de coronas y collares de flores, una lluvia de pétalos de rosa, el certificado de matrimonio y la actuación de un artista isleño. “No había mariachi en la isla pero mi marido encontró este hombre orquesta”, bromea la actriz, que publicó un divertido vídeo de la animación al son del ukulele.