Pinot no aprende, Kelderman se avería
Hay ciclistas incorregibles, que no aprenden y no parece ya que vayan a aprender. Hay corredores que compiten como si aún no se hubieran inventado los pinganillos. O por la mañana no han prestado atención en la reunión a la charla del director. Thibaut Pinot, que ya tiene 28 años y no es un chaval, es un clásico pupas del pelotón. Se sabía que el final era propicio a la aparición de abanicos. Había que estar atentos. A Pinot, compañero del líder de la Vuelta en el Groupama-FDJ, Molard, que salvó el día, evidentemente le pillaron desprevenido cuando la carretera viró y el aire entró de costado en Murcia.
Ya le pasó en el Tour de 2015, después de que ser tercero en 2014 –su mejor resultado–, que se quedó cortado casi cada día en la primera semana. Ayer, cuando se pasó por La Unión, el francés no estaba bien colocado cuando el Sky y el Bora empezaron a meter cuneta.
El Bora de Peter Sagan, al que le encantan estas escaramuzas, se vio obligado a parar enseguida. Buchmann había entrado delante pero Majka, su escalador, no. Así que pararon. Pero enseguida entró a tirar el Education First de Urán. Los despistes se pagan y el polaco iba con Pinot, tan tranquilo, cuando el pelotón se separó en pedazos.
Peor suerte tuvo Wilco Kelderman, el hombre del Sunweb para la general, porque en el peor momento, cuando se volaba, tuvo que poner pie a tierra con un problema en la cadena. El tiempo que tardó en reparar fue oro. Oro que perdía. Los tres damnificados por el viento se dejaron 1m44s en la meta de San Javier. Allí el sprint lo ganó Nacer Bouhanni (Cofidis), otro incorregible. Para lo bueno y lo malo.