Recambios en marcha
Un verde para Ecología y una nadadora para Deportes
Emmanuel Macron trata de reducir al mínimo indispensable la remodelación del Gobierno y, además de relevar al ministro para la Transición Ecológica y Solidaria, Nicolas Hulot, sustituye a la titular de Deportes, Laura Flessel.
Emmanuel Macron trató de reducir al mínimo indispensable la remodelación del Gobierno. La crisis no pudo limitarse a la sustitución del carismático y mediático ministro para la Transición Ecológica y Solidaria, Nicolas Hulot –que dimitió por sorpresa la semana pasada–, pero sólo abandonará el Gabinete otro de sus miembros, Laura Flessel, la titular de Deportes, cuya renuncia se hizo pública ayer “por motivos personales”.
El presidente francés, en horas muy bajas de popularidad, quiso evitar dar la impresión de que su proyecto se tambalea y que saltan de su barco. Una remodelación de más envergadura quizás hubiera inyectado energía aunque también sembrado dudas sobre la cohesión en torno al inquilino del Elíseo.
Tras descartarse la arriesgada opción de Daniel Cohn-Bendit, el líder de Mayo del 68, Macron eligió a François de Rugy, militante verde de largo recorrido y actual presidente de la Asamblea Nacional. De Rugy, de 44 años, es un exponente del carácter sincrético y transversal del experimento macronista. Tras más de dos decenios en partidos verdes, De Rugy se integró en el movimiento del presidente, La República en Marcha (LREM). Su conocimiento de la problemática medioambiental es una garantía. Tiene fama de enfocar estos asuntos con un talante liberal y pragmático, una actitud que casa con la filosofía del jefe del Estado. En la Asamblea Nacional, sin embargo, la oposición lo ha acusado de actuar con autoritarismo. El líder de Francia Insumisa (izquierda radical), Jean-Luc Mélenchon, ironizó sobre De Rugy, de quien afirmó que será “ministro de apariencias ecológicas”. Mélenchon recordó su tibieza a la hora de prohibir el herbicida glifosato, por presiones del lobby agrícola.
En la ceremonia de traspaso de poderes, Hulot, visiblemente emocionado, reconoció “no haber logrado superar la línea de fractura entre dos culturas, la economía y la ecología”. De Rugy prometió seguir trabajando por conciliar unos intereses que, según él, son coincidentes a largo plazo. “Estoy aquí para trabajar con método y perseverancia”, dijo.
La marcha de Flessel de Deportes no fue una gran sorpresa. A esta campeona olímpica de esgrima, natural de la isla caribeña de Guadalupe, se le atribuía desde hacía tiempo cierto malestar por los recortes presupuestarios en su departamento. Ella lo negó ayer, alegó “motivos personales” para dejar el cargo y reiteró su deseo de seguir colaborando con Macron. Según el medio digital de denuncia Mediapart y el semanario satírico Le Canard enchaîné, una investigación sobre irregularidades fiscales en sus ingresos por derechos de imagen podría estar detrás de la repentina dimisión de Flessel.
A partir de ahora se ocupará de la cartera de Deportes otra exatleta de élite, Roxana Maracineanu, de 43 años y origen rumano, que fue campeona de natación.
Además de los cambios en el Gobierno, la otra noticia relevante de la jornada fue la confirmación de que, a partir del primero de enero del 2019, se aplicará la “retención en la fuente” –como se hace en España y en la mayoría de países– y no el pago diferido de impuestos al año siguiente. Esta reforma fiscal, de la que se habla desde hace 80 años, significa una pequeña revolución en Francia. En los últimos días se había puesto en duda por problemas técnicos y el riesgo político, en un año electoral, por el impacto psicológico en los ciudadanos al ver mermados sus salarios.
El Gobierno mantiene su plan de aplicar la retención fiscal a los salarios y acabar con una rareza francesa