La Vanguardia

Japón se paraliza por el tifón ‘Jebi’, el más intenso en 25 años

Las lluvias y las fuertes ráfagas de viento dejan siete muertos y 160 heridos

- TOKIO

Japón no había vivido un temporal tan fuerte desde hace 25 años. Vientos de más de 200 km/h e intensas lluvias colapsaron ayer buena parte del país y dejaron al menos siete muertos, 160 heridos y más de 1 millón de personas bajo advertenci­a de evacuación. Se temía por los efectos devastador­es del supertifón, bautizado con el nombre de Jebi (golondrina, en coreano). Sin embargo, el mayor riesgo desapareci­ó ayer por la noche. El temporal entró en el mar del Japón y se espera que pierda fuerza de forma progresiva hasta convertirs­e en un ciclón extratropi­cal, según indicaron los servicios meteorológ­icos.

Fue ayer al mediodía cuando el tifón recaló en la pequeña isla de Shikoku y, a medida que avanzó la tarde, se desplazó a la parte occidental de isla más grande de Japón (Honshu), donde causó los peores daños y desperfect­os.

Las lluvias torrencial­es y las fuertes ráfagas de viento (de hasta 210 km/h) desbordaro­n ríos enteros, arrancaron techos y fachadas de edificios de ciudades como Osaka y Kioto y voltearon centenares de coches y vehículos.

En el litoral, se levantaron inmensas olas que inundaron costas y puertos. La Guardia Costera nipona informó que decenas de barcos en la Bahía de Osaka quedaron a la deriva por culpa del temporal. Entre ellos, un grande buque petrolero de unas 2.600 toneladas (en la foto) que chocó contra un puente que conectaba con el aeropuerto internacio­nal de Kansai, en Osaka. Tanto el barco como el puente quedaron dañados pero nadie murió en este incidente.

Víctima del fuerte oleaje fue también el aeropuerto de Kansai que quedó repentinam­ente engullido por el mar tras subir más de dos metros de nivel. De hecho, en este aeropuerto, unos 200 vuelos fueron cancelados y más de 3.000 pasajeros quedaron atrapados. En el conjunto del país, alrededor de 800 vuelos nacionales e internacio­nales quedaron en tierra ayer. Las líneas ferroviari­as también funcionaro­n a medio gas y la línea de alta velocidad entre Tokio y Okayama fue suspendida de forma indefinida. Además, se quedaron temporalme­nte sin luz 1,61 millones de hogares en la región de Kansai y otros 95.000 en la isla de Shikoku.

La actividad económica también quedó afectada. El gigante automovilí­stico Toyota suspendió el turno de noche de 14 plantas del país. Varios centros comerciale­s y lugares turísticos de las ciudades de Osaka, Kioto y Nagoya cerraron sus puertas, al igual que hicieron varias escuelas. Tokio, la capital del país, escapó de los efectos más devastador­es del tifón pero no de lluvias y vientos menores.

Este supertifón llega semanas después de las fuertes inundacion­es del pasado julio que dejaron más de 220 muertos en la parte oeste del país. Un temporal como el Jebi no se registraba desde 1993, cuando murieron 48 personas por vientos y lluvias de intensidad­es similares.

Unos 800 vuelos se cancelaron, líneas de tren se suspendier­on y un millón de hogares quedaron sin luz

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KENTARO IKUSHIMA / AP Un barco petrolero se estrelló contra un puente cerca del aeropuerto internacio­nal de Kansai (Osaka)

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