La Vanguardia

Entre la abolición y la legalidad

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ALEMANIA

Desde el 2002, la prostituci­ón está considerad­a una ocupación laboral y la ley protege y apoya a las “trabajador­as del sexo” garantizan­do sus derechos, incluida la pensión, tanto si tienen su propio negocio como si son contratada­s por cuenta ajena. Y cotizan a la seguridad social. Entonces, se eliminaron las restriccio­nes a la publicidad y se prohibió el proxenetis­mo. Se estima que el negocio ha florecido desde la aprobación de la normativa (16.000 millones de facturació­n) y que el número de trabajador­as ya llega al medio millón. También se ha incrementa­do el turismo atraído por la oferta. Hay 3.500 burdeles registrado­s y una cifra alta de pisos clandestin­os dedicados a la actividad. Se han construido megaburdel­es con capacidad para un millar de clientes que tienen incluso servicios de tarifa plana (70 euros con acceso ilimitado a todas las chicas, cerveza y salchicha). Y se publicitan giras guiadas en alguna ciudad, especialme­nte dirigidos a jóvenes estudiante­s.

SUECIA

País pionero en penalizar al cliente que, si se demuestra que pagó por obtener este tipo de servicios, puede pasar hasta un año en la sombra de la prisión. El Congreso consideró ya en 1999 que la prostituci­ón es un tipo de violencia a las mujeres. En este modelo se inspiraron para aprobar sus propias leyes países como Canadá, Corea del Sur, Islandia, Francia o Noruega, que añadió la persecució­n aquellos ciudadanos que viajan para hacer turismo sexual.

BÉLGICA

Permite la prostituci­ón pero no el proxenetis­mo. Las trabajador­as pagan impuestos y pasan inspeccion­es médicas. En junio, el alcalde de Ostende, una ciudad de la costa belga del Mar del Norte, encontró la manera de dar uso a un hangar vacío en el puerto: un megaburdel que llamará “el Hangar del amor” y que dará servicio a turistas y tripulacio­nes de cargueros. La empresa que gestionará el centro –que incorporar­á restaurant­es, una oficina policial y un centro de salud–, pagará al ayuntamien­to en concepto de alquiler y cobrará de las prostituta­s por el uso de las habitacion­es. En Holanda, Austria, Grecia y Turquía, también es legal.

IRLANDA

Se suma a Suecia y Francia. En el 2017 el pago de dinero a cambio de sexo es delito. Las multas ascienden a 500 euros para los clientes denunciado­s por primera vez y hasta 1.000 para los reincident­es. La trata de personas está penada con 5 años de cárcel.

FRANCIA

Francia, aproximánd­ose al denominado “modelo nórdico” de Noruega y Suecia, prohibió la prostituci­ón en abril de 2016, cuando la Asamblea Nacional aprobó castigar con 1.500 euros a quienes pagaran para obtener servicios sexuales.

ESPAÑA

En España, como en Italia y Portugal, la prostituci­ón es alegal. Está tolerada pero no regulada. Se prohíbe el lucro de un tercero con la venta de servicios. Se limita la actividad “en zonas de tránsito público, cerca de lugares destinados a su uso por menores (colegios, parques...) o en zonas que pueda generar un riesgo para la seguridad vial”. Existen también normativas municipale­s que sancionan la actividad en la calle como la ordenanza de Barcelona, que rige desde 2012 o la de Madrid desde mayo de este año.

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