El alcalde del Chartreuse
Ni la petición de Salut Pública para que el alcalde deje de fomentar el consumo de bebidas alcohólicas, ni las quejas recibidas por el Síndic de Greuges han amedrentado a Josep Fèlix Ballesteros. Un año más, el alcalde de Tarragona ha presentado las botellas especiales de chartreuse (el verde de 55 grados y el amarillo de 40 de grados) para las fiestas de Santa Tecla. Con el apoyo institucional y la imagen del alcalde al frente, esta marca francesa –que no patrocina ningún concierto ni evento de las fiestas– se ha consolidado como la bebida oficial. Durante las próximas semanas tiene previsto vender 8.000 botellas de Tau, la mezcla de chartreuse verde y amarillo con etiqueta especial de Santa Tecla, 3.000 más que en el 2017.
El año pasado, el alcalde se defendió de las críticas por promocionar esta bebida alcohólica mostrando unas fotografías en las que aparecía el entonces president Carles Puigdemont brindado con cava. Ayer, Ballesteros aseguró que “pienso seguir viniendo, aunque haya gente que diga barbaridades, y ahora presento el Chartreuse con más tranquilidad porque veo que el president Quim Torra regaló una botella de ratafia a Pedro Sánchez”.
En la presentación de las botellas, el alcalde advirtió primero que el Ayuntamiento promueve el consumo responsable de alcohol. Luego, se deshizo en elogios y felicitó reiteradamente a los dos representantes de Chartreuse “por el esfuerzo que hace la marca en actualizar e incorporar más elementos de Tarragona”. Además, destacó que hace dos años “me invitaron a la colocación de la primera piedra de su nueva destilería en Francia y fue un acto muy emocionante; no sólo me dejaron hablar en público sino que Tarragona fue una de las grandes presentes en el evento, cosa que agradezco mucho”. El alcalde también destacó que gracias al chartreuse, “cada año nos visitan grandes sumillers y chefs que hablan de Tarragona en todo el mundo y sólo eso ya es una promoción extraordinaria”.
El chartreuse, que antiguamente se elaboró también en la ciudad, es el ingrediente principal de la mamadeta, la bebida oficial de las fiestas que combina este licor con granizado de limón. Desde hace veinte años, se sirve en un vaso de plástico reutilizable, el barrilet, que Chartreuse se encarga de vender en restaurantes y bares a 1,95 euros la unidad. Este año el recipiente se ha dedicado a la Víbria de Tarragona, uno de los elementos festivos que cumple 25 años.
La especial promoción que cada año realiza el alcalde del chartreuse –que tiene a una sola empleada en Tarragona– tampoco ha pasado desapercibida entre los productores de vino de la zona. El presidente de la DO Tarragona, Josep Lluís Grogués, calificó ayer de “lamentable”, que el alcalde decline asistir a la inauguración de la Fira del Vi que cada año la entidad organiza en la Rambla Nova de Tarragona “y con el que podría explicitar su apoyo a las bodegas del territorio y, en cambio, no tiene ningún problema en promocionar productos que no son de la zona”. Además de las 8.000 botellas de Tau, chartreuse comercializará este año 1.400 botellas de chartreuse amarillo y 300 de verde.