Gortázar destaca que CaixaBank no ha generado costes públicos
Los bancos rechazan el impuesto a las transacciones financieras
El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, aseguró ayer en la Comisión de Investigación de la Crisis Financiera, que ha reanudado sus sesiones en el Congreso, que la entidad financiera que dirige no ha costado dinero público al contribuyente, sino que “ha contribuido a la solución de la crisis en más de 4.300 millones de euros” a través de aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos (FDG), al Fondo Único de Resolución (FUR), del repago de las preferentes de Banca Cívica y de la inversión en Sareb.
En su intervención, Gortázar indicó también que “el impuesto a las transacciones financieras que prevé el Gobierno sería más razonable que poner una tasa específica a la banca”. Eso sí, el alto ejecutivo de esa entidad precisó que habría que dejar muy claro a qué operaciones afectaría para evitar que “dichas transacciones se vayan a otros países en los que no exista esa tasa”.
El número dos de CaixaBank aclaró que “en una escala de grados se trata de una iniciativa más razonable, pero tendría que ser de alcance internacional”, como la tasa Tobin. A su juicio, “la creación de un gravamen específico para los bancos sería poco oportuno porque afectaría a la rentabilidad del sector”. Además, añadió, “no sería justo, ni lógico, entre otras razones porque las entidades que causaron la crisis y a las que hubo que rescatar en su mayoría ya no están”.
El directivo subrayó que la rentabilidad media del sector es del 6%, cuando el retorno debería ser del 10%. Gortázar recogió la idea que en su día lanzó el Santander de llevar el negocio fuera de España si se llega a crearse un impuesto específico. La posición de Gortázar está lejos de la que un día antes, en el mismo escenario, defendió la consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa, quien apuntó que “habría una pérdida de competitividad con respecto a otros países al incrementarse los costes transaccionales”. En opinión de Dancausa, la banca no hace frente sólo al impuesto de sociedades, sino que de forma directa o indirecta también paga el impuesto devengado del IRPF, tasas a nivel municipal, o las contribuciones al Fondo de Garantía de Depósitos y al Fondo Único de Resolución.
Por su parte, el consejero delegado de BBVA, Carlos Torres, también se mostró contrario al impuesto a las transacciones financieras. Torres argumentó que “en algunos países se ha implantado la tasa Tobin, pero ha carecido de apoyos por las dudas sobre la eficacia recaudatoria”. Respecto al impuesto específico al sector bancario, se mostró rotundamente contrario y aseguró que distorsionaría el negocio puramente bancario. “El sector bancario es la gasolina de la economía y si se introducen mayores exigencias regulatorias, otros sectores económicos se verían afectados”. Torres avisó incluso que sectores vulnerables podrían quedar fuera de la financiación bancaria. Torres defendió que el BBVA es contrario a tributos sectoriales, salvo si se aplican a empresas que “dañan la salud o por temas medioambientales”. Y afirmó que “una mayor carga regulatoria distorsionaría los recursos de las entidades financieras”.
También subrayó que la rentabilidad de la banca se ha visto afectada por las exigencias de la nueva regulación, tras la crisis financiera, así como por otros factores, entre los que destacó, los tipos de interés negativos o la presión en los ingresos y los costes, como consecuencia de la competencia de los nuevos operadores digitales.
Por otro lado, sobre la posibilidad de que CaixaBank pueda retornar la sede social y fiscal a Barcelona, como informó el martes Agbar, Gortázar respondió que “el traslado fue la única solución posible ante la pérdida de confianza de los clientes por la inestabilidad política”. El consejero delegado de CaixaBank explicó que con el cambio a Valencia se pararon “las salidas de depósitos y se normalizó la actividad del banco”.
La entidad descarta volver a Catalunya: “El cambio se hizo ante la pérdida de confianza de los clientes”