Trump lanza una caza de brujas en la Casa Blanca al grito de “¡Traición!”
Un anónimo revela la “resistencia silenciosa” al presidente dentro de la Administración
Un artículo anónimo publicado por The New York Times explica que en la Casa Blanca hay quien trabaja para frenar los peores instintos de Donald Trump y hacer descarrilar sus decisiones. El presidente tuiteó “¡Traición!” y lanzó una operación interna para desenmascarar al denunciante anónimo.
La increíble presidencia de Donald Trump ha entrado en un punto de no retorno tras la publicación de un artículo de opinión anónimo en las páginas del New York Times que revela la existencia de una “resistencia silenciosa” dentro de la Administración que trabaja para hacer descarrilar sus decisiones y frenar sus peores instintos.
“¡Traición!”, clamó Trump mientras sus colaboradores en la Casa Blanca entraban en modo de crisis y lanzaban una operación interna para desenmascarar al “alto cargo” –es la única pista sobre su identidad– detrás del texto en un clima de sospecha generalizada. Porque, por increíbles que sean las revelaciones, son muchos sus potenciales autores. “¡Por el bien de la seguridad nacional, el Times debe entregarlo al Gobierno!”, exigió el presidente.
El tono del artículo, aparecido a dos meses de las elecciones de medio mandato, pretende ser tranquilizador. “Queremos que el Gobierno tenga éxito y pensamos que muchas de sus políticas ya han convertido a Estados Unidos en un país más seguro y más próspero”, aclara el misterioso autor del artículo sobre la naturaleza no izquierdista de la resistencia interna.
Consideran que el núcleo del problema es “la amoralidad del presidente” y aseguran que “su comportamiento errático sería más preocupante si no fuera por los héroes anónimos dentro y cerca de la Casa Blanca”, que desde el Ala Oeste intentan contener sus peores decisiones. Incluso se ha hablado, asegura, de activar la 25ª enmienda de la Constitución que permitiría, en caso de incapacidad del presidente, que su gabinete inicie los procesos para su incapacitación y destitución. Lo descartaron pero quieren hacer saber que “hay adultos” al frente del país, que no todos quie“Vengo nes trabajan con Trump lo hacen a sus órdenes y que han puesto el país por delante de todo, afirma.
La peculiar prosa del artículo es uno de los puntos de partida de las listas de posibles autores que está haciendo tanto la prensa estadounidense como la propia Casa Blanca. Más proclive a las filtraciones que ninguna otra Administración reciente, las fuentes cercanas al presidente enmudecieron ayer un poco pero la CNN reportó que Trump había ordenado imprimir las declaraciones de los miembros de su Gobierno que desmintieron estar detrás del artículo. Llegaron alrededor de veinte “yo no fui”.
de un sitio donde si no estás en posición de cumplir las órdenes del comandante sólo tienes una opción, irte”, sentenció el secretario de Estado y exdirector de la CIA, Mike Pompeo, el primero en reaccionar. Le siguió el vicepresidente Mike Pence, para distanciarse y reclamar al autor que haga “lo único honesto posible” y dimita, y recordar que 62 millones de estadounidenses votaron a Trump.
El uso de la rara palabra lodestar (faro, estrella polar), que Pence utiliza a menudo y aparece en su elogio fúnebre a John McCain –invocado como referente en el artículo– ha hecho sospechar de él. Su nombre también ha aparecido en las quinielas de quienes creen que la persona detrás del misterioso artículo es alguien con ambiciones presidenciales. También el secretario de Defensa, el general James Mattis, desmintió a través de su portavoz que él sea el autor, aunque muchas miradas se han dirigido a él. Se sabe que ha hecho oídos sordos a algunas órdenes del presidente y el nuevo libro de Bob Woodward le retrata exasperado con la ignorancia y peligrosos arrebatos de Trump.
También el director de la oficina de inteligencia nacional, Dan Coats, un hombre del establishment de Washington que no ha ocultado su
REACCIONES EN CADENA Pompeo, Sessions, Pence... Los miembros del equipo presidencial entonan el ‘yo no fui’
EL ARTÍCULO DEL NYT
En la Administración, hay “héroes anónimos” que quieren frenar al presidente, dice el autor
sorpresa por las opiniones de Trump sobre Rusia, negó que él o su número dos estén detrás del texto. También lo hicieron el jefe del departamento jurídico de la Casa Blanca, Don McGhan, que pasó 30 horas hablando con el fiscal especial sobre el Rusiagate y que en breve abandonará su puesto; el fiscal general, Jeff Sessions; el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin; la secretaria de Interior, Kirstjen Nielsen, o su asesora especial, la intrigante Kellyanne Conway, bajo sospecha por la intensa actividad tuitera de su marido contra Trump.
Incluso la primera dama, Melania Trump, sacó un comunicado sobre el tema no para negar que sea ella la autora del artículo –una de las más originales teorías que circula– sino para criticar la cobardía de su autor y exigirle que se identifique. “No estás protegiendo a tu país, estás saboteándolo”, sentenció.
La cercanía de las elecciones y la acumulación de abandonos, traiciones personales y revelaciones periodísticas sobre las interioridades de su presidencia habían tornado a Trump más beligerante que de costumbre las últimas semanas, más obsesivo con la existencia de un Estado profundo dentro de la Administración que trabaja contra él y por eso, dice, investiga sus lazos con Rusia o investiga a senadores republicanos por corrupción.
La tribuna del New York Times probaría su teoría de que el enemigo está dentro y puede agravar su tendencia a la paranoia, alertan algunos analistas. “Se va a volver más desafiante, más inconstitucional y más peligroso”, ha escrito en The Atlantic David Frum, que pide al autor que dé la cara y presente pruebas que permitan tomar las decisiones que sean necesarias.
“Estamos ante una auténtica crisis constitucional”, sentenció el ex secretario de Estado John Kerry. “Tenemos un presidente que claramente no es capaz de hacer su trabajo, que tiene un carácter proclive a los berrinches y que no sabe lo suficiente para tomar ninguna de las decisiones que toma”, argumentó el demócrata. Esta es una crisis, dijo, que se está viendo agravada porque los senadores republicanos no están defendiendo la Constitución o la institución del Senado sino el partido y el presidente, que simplemente no sabe lo que hace”.
Desde las filas republicanas hubo sobre todo críticas a la “cobardía” del autor del artículo. El senador Bob Corker, una de las pocas voces conservadoras críticas con Trump en el Capitolio, cree que no incluye “nada nuevo”: “Es lo que algunos hemos entendido que es la situación desde el primer día. Creo que esto es así y por eso creo que todos deberíamos animar a la gente buena que tiene alrededor el presidente a quedarse. Le doy las gracias al se- cretario Mattis cada vez que lo veo”.
Además del jefe del Pentágono, hay otros miembros de la Administración Trump que han aguantado con estoicismo los ataques e insultos del presidente, por ejemplo su jefe de gabinete, el general John Kelly; el ministro de Justicia, Sessions, o el número dos del Departamento, Rod Rosenstein, que reaccionó con firmeza a las sugerencias de cerrar la investigación del Rusiagate.
No ha habido purga por ahora en la Casa Blanca pero el volcán presidencial comenzó a rugir a primera hora de la mañana en Twitter, y no fue para criticar a sus enemigos sino para agradecer al dictador norcoreano Kim Jong Un que dijera que tiene “fe inquebrantable” en él. “¡Gracias presidente Kim!”, escribió probablemente desde lo que sus colaboradores llaman “el taller del diablo”, el dormitorio presidencial donde tuitea “en la hora bruja”. “El ‘Estado profundo’, la izquierda y su instrumento, las noticias falsas, se están volviendo locas y no saben qué hacer”, clamó después, antes de recordar los buenos datos económicos de su presidencia, lo único, dice, en que los votantes deben fijarse.