Woodward ataca de nuevo
CUALQUIER periodista de mi generación vio, como mínimo, un par de veces Todos los hombres del presidente (1976), la película de Alan J.Pakula. El caso Watergate era un manual de periodismo, pues demostraba cómo una buena historia –con la indispensable colaboración de una garganta profunda– puede acabar con la dimisión del presidente de los Estados Unidos. Nunca el cuarto poder había disparado tan alto, ni llegado tan lejos. El filme de Pakula es emocionante y permite descubrir cómo el redactor jefe de Información de The Washington Post fue decisivo para que Bob Woodward (Robert Redford en la cinta), un redactor de sucesos, pudiera seguir al frente de la investigación –junto con Carl Bernstein (Dustin Hoffman)–, cuando se intuyó que el asalto a las oficinas del Partido Demócrata no era un suceso, sino una conspiración política.
“Sólo lleva nueve meses en el periódico y no me fío de él”, recelaba el subdirector del Post. “Pero tiene ambición, y sacó muchos trapos sucios”, le replicó el redactor jefe.
Woodward, aquel joven brillante con ganas de comerse el mundo, sigue siendo un periodista sobresaliente a pesar de haber cumplido los 75. Ha perdido pelo, pero conserva las ganas. Y acaba de publicar Fear (miedo), una historia sobre la inconsistencia de Trump, que es el libro más solicitado en Amazon (aunque aún no ha salido a la venta), por muchos tuits que la Casa Blanca haya escupido sobre la obra y su persona. Lo impresionante del ensayo es que vemos a un presidente que se golpea a menudo a sí mismo, como un boxeador enloquecido, pero que atemoriza porque puede tumbar sobre la lona a la democracia. Lo más sorprendente del libro es que descubre que en la institución se ha creado un grupo de resistencia para frenar sus peores iniciativas. No se trata de desacreditar a Trump, sino de intentar que EE.UU. no se desacredite a los ojos del mundo.
Woodward ataca de nuevo. Y apunta donde hace daño.