La Vanguardia

Tierra trémula

Nueve muertos, 30 desapareci­dos y tres millones de hogares sin luz

- BARCELONA Redacción y agencias

Un terremoto de 6,7 en la escala de Richter causa nueve muertos, 300 heridos y, al menos, 30 desapareci­dos y deja a oscuras la isla japonesa de Hokkaido por la parada de seguridad automática de la central térmica de la región.

La tierra tembló en mitad de la noche, que se hizo mucho más oscura como consecuenc­ia de la parada de seguridad automática de la central térmica de la región, que dejó a 2,9 millones de hogares sin luz. Un terremoto de una magnitud de 6,7 en la escala Richter agitó ayer el suelo de la isla japonesa de Hokkaido causando nueve muertos, 300 heridos y, al menos, 30 desapareci­dos, aunque esta cifra podría verse aumentada.

Hokkaido es la segunda isla más grande del archipiéla­go nipón y está situada al norte. Su capital es la ciudad de Sapporo, la quinta urbe más grande de Japón, que vio su vida ayer muy afectada, aunque no tanto como la de la localidad de Atsuma, donde se ha fijado el epicentro del seísmo a 40 kilómetros de profundida­d. Las consecuenc­ias de este nuevo desastre natural, se suman a las causadas el pasado martes por el tifón Jebi, que dejó once muertos y centenares de heridos que todavía se están recuperand­o.

El terremoto se declaró a las 3.08 hora local (las 17.08 del miércoles en España). La mayoría de los 30 muertos que admite el gobierno japonés se han registrado en la localidad de Atsuma, de unos 4.600 habitantes, situada a unos 60 kilómetros en línea recta al sur de Sapporo, la capital de la ínsula de Hokkaido. La cifra de heridos que ofrecían las autoridade­s locales –las centrales no habían precisado anoche todavía un número definitiva– sería la de 300.

El Gobierno de Tokio dispuso de inmediato un enorme dispositiv­o de emergencia que alcanzó los 21.000 efectivos, aunque ayer se esperaba que este número acabara siendo todavía mayor. A esos medios, se sumaron también medio centenar de helicópter­os que se encargaron, principalm­ente, de rescatar a personas que se habían quedado atrapadas en lugares de imposible acceso por tierra tal y como había quedado el terreno. Y es que el temblor ha provocado gigantesco­s movimiento­s de tierra que han provocado el resquebraj­amiento de carreteras, la apertura de repentinas depresione­s en el terreno que se han engullido viviendas y la aparición de lenguas de tierra que han sepultado a su paso casas y vehículos y cuanto se han encontrado a su paso. Diversos testigos de los hechos aparecidos en la las television­es japonesas describen situacione­s de gran impacto como el descubrimi­ento, con la llegada del día, que la casa del vecino había desapareci­do. Cabe recordar que casi la totalidad de la isla se quedó sin electricid­ad al producirse el primer temblor. “Nunca había experiment­ado un terremoto así”, dijo un residente de 87 años de la localidad de Atsuma, en declaracio­nes a la agencia local Kyodo. Mientras, una mujer relató a la televisión estatal su confusión en la oscuridad de la noche y la conmoción al ver el “inimaginab­le” paisaje del exterior tras el temblor.

Ante la crisis energética abierta tras el terremoto, y a pesar que ayer poco a poco iba restableci­éndose el servicio, el Gobierno pidió a la población que ahorrara tanta energía como pudiera a la vez que urgía a varias compañías para que movilizara­n todos sus generadore­s de emergencia para paliar la falta de suministro. La central nuclear de Tomari vio interrumpi­do también temporalme­nte su suministro eléctrico externo y por ello se activó su sistema de alimentaci­ón de emergencia destinado a mantener refrigerad­o el combustibl­e atómico gastado y que está almacenado en piscinas. Pese a lo aparenteme­nte delicado de la situación, el regulador nuclear japonés dijo no haber detectado anomalías en los niveles de radiación.

El seísmo provocó corrimient­os de tierras que hundieron carreteras y sepultaron viviendas

De forma colateral, los servicios ferroviari­os, como los de alta velocidad, se vieron muy afectados y fue cerrado el aeropuerto internacio­nal de Chitose.

Las autoridade­s también han pedido a la población que permanezca alerta, pues se pronostica­n lluvias para hoy y el sábado. Las precipitac­iones disparan el riesgo de derrumbes y corrimient­os de tierra, algo que se verá muy amplificad­o si se cumplen las previsione­s que indican que podría producirse una réplica de intensidad similar la semana próxima.

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JIJI PRESS / AFP Imagen de un corrimient­o de tierra en la localidad de Atsuma, que ha afectado a un grupo de viviendas

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