Matteo Salvini
Un tribunal italiano ratifica el secuestro de los 49 millones de los fondos del partido
LÍDER DE LA LIGA ITALIANA
Matteo Salvini, ministro italiano del Interior y líder de la Liga, pretende orillar la decisión judicial de incautarse de los fondos de su partido –lo que le llevaría a la bancarrota– por un fraude cometido por sus antecesores.
La ultraderechista Liga capitaneada por Matteo Salvini podría tener los días contados tal y como la conocemos. El Tribunal de Revisión de Génova ratificó ayer la decisión del Supremo italiano de incautar de donde sea los 49 millones que malversaron el fundador del partido, Umberto Bossi, y su extesorero, Francesco Belsito. Ha decidido que los actuales dirigentes no tienen inmunidad y ha pedido que el secuestro debe ser efectivo a partir de este momento. Es decir, que todos los fondos que entren en la Liga, incluyendo los 5 millones que posee la cuenta del partido actualmente, deben devolverse a las arcas públicas.
“Yo estoy tranquilo, los italianos están con nosotros”, desafió el ministro del Interior. Pero esta vez, de poco le podrán servir sus declaraciones ante una justicia que está decidida a seguir adelante con la sentencia del año pasado en la que se condenaba por estafa a Bossi y Belsito por falsear las cuentas del partido entre el 2008 y el 2010. Entonces los magistrados sólo rastrearon tres millones que estaban disponibles en las cuentas. El resto de fondos podrían haber sido trasladados al extranjero para evitar un embargo que según Giancarlo Giorgetti, mano derecha de Salvini, puede suponer el fin de la Liga.
Para evitar la bancarrota, el partido lleva desde hace un año tratando de crear cuentas paralelas con otros nombres. “Yo estoy tranquilo, sigo trabajando, los procesos y las historias del pasado que tienen que ver con asuntos de ocho o diez años atrás no me apasionan”, insistió Salvini, que emplazó a la justicia genovesa a dedicarse a la resolución de la tragedia del puente Morandi en lugar de investigarles a ellos.
“Yo estoy tranquilo, los italianos están con nosotros”, sonríe el ministro, empujado por las encuestas
En los últimos días se ha hablado mucho de un posible cambio de nombre de la Liga. Pero esto seguramente no evitaría las drásticas consecuencias impuestas por el juez. Así que sólo quedaría la refundación del partido como la única manera de cortar por completo los puentes con el pasado. Salvini ya lo intentó con su conversión de la Liga Norte autonomista de Bossi al producto ultraderechista al estilo del Frente Nacional francés que triunfó en las elecciones, aunque ahora deberían ir más allá.
Por eso, en Italia ya se habla de la decisión judicial de ayer como el impulso definitivo a una Liga para convertir a Salvini en premier. Es decir, un solo bloque de derechas, junto a la Forza Italia de Silvio Berlusconi y a Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, con el único objetivo de expulsar al Movimiento 5 Estrellas (M5E) del Gobierno y que Salvini tenga vía libre para tomar todas las decisiones en Italia. Dentro de la Liga se tiene la certeza de que queriendo o no queriendo, el país volverá a las urnas en el 2019, seguramente o justo antes o justo después de las elecciones europeas del próximo mes de mayo. La prueba de fuego serán los difíciles presupuestos que tiene que aprobar el Ejecutivo de Giuseppe Conte próximamente, con posiciones de partida muy diferentes de los grillini.
Forza Italia por el momento descarta públicamente el partido único, pero en los próximos días está previsto un encuentro entre Il Cavaliere y el ministro del Interior, que tienen mucho que decirse. Se-
gún la última encuesta, si ahora hubiese elecciones la Liga arrasaría en Italia con el 34% de los votos, mientras que Forza Italia apenas llegaría al 9%. Berlusconi se ha pasado el verano encerrado en su villa de Cerdeña donde hace años celebraba sus famosas bacanales. Dicen que cuando el ex primer ministro pasa tanto tiempo en silencio, es que trama algún gran proyecto.
Berlusconi sólo ha hablado públicamente para defender a Salvini en este asunto y en otro conflicto legal en el que se ve inmerso. Y es que el liguista se podría enfrentar a hasta 30 años de prisión por la investigación que una fiscalía siciliana está realizando por el secuestro de cinco días de los 150 migrantes a bordo de la patrullera Diciotti, a quienes el ministro impidió bajar de cubierta, pese a las desastrosas condiciones sanitarias, hasta tener la garantía de que no se quedarían en Italia.
Todo ello resulta muy difícil de digerir para sus actuales socios de Gobierno. El M5E se ve forzado a apoyar públicamente a Salvini pese a que su gran promesa era acabar con las prácticas corruptas de los partidos tradicionales. Su líder, Luigi di Maio, insistió en que el asunto tiene que ver con unos dirigentes que ya no están en primera fila, y que esto no tendrá ningún efecto en el actual Gobierno.“Ahora para la Liga es más difícil hacer política. Si habrá repercusiones para el Gobierno... diría que no”, valoró el premier, Giuseppe Conte.
El primer ministro tenía otros asuntos de los que ocuparse: ayer se reveló que el lunes debe presentarse a un examen de inglés legal para competir con otros tres candidatos por una cátedra de derecho privado en la Universidad de la Sapienza de Roma, un puesto al que presentó solicitud antes de ser nombrado por sorpresa jefe del Ejecutivo. Según revela Polico, pese a que sería totalmente improcedente que como primer ministro continuase con este proceso, Conte sigue con intenciones de presentarse al examen. Si lo consigue, tomaría una excedencia hasta que abandone el palacio Chigi. Otro suceso inaudito en la siempre surrealista política italiana.
Conte defiende a Salvini, pero él también está en el punto de mira por un examen para un puesto en la Sapienza