La justicia despenaliza la homosexualidad en India
El Supremo pone fin a una prohibición colonial británica
La homosexualidad ya no es un delito en India. Tras un largo proceso judicial, el Tribunal Supremo emitió ayer un fallo a favor de la igualdad de los derechos de la comunidad LGTB que sienta un precedente histórico en el segundo país más poblado del mundo.
“Las relaciones sexuales entre adultos homosexuales en privado no constituyen una ofensa moral. Los miembros de la comunidad LGTB tienen derecho a ser tratados con igualdad ante la ley y a gozar de plenos derechos constitucionales”, señalaron ayer los cinco magistrados de la corte que decidieron por unanimidad acabar con esta prohibición de la época colonial británica. Según el artículo 377 del Código Penal, aprobado en 1861, los actos carnales contra natura eran castigados con multas y penas de hasta diez años de prisión. Entre ellos, no se mencionaba explícitamente tener relaciones con personas del mismo sexo, pero se incluían prácticas como el sexo oral o anal que no eran habituales en heterosexuales. “Aunque la Constitución de la India sea abierta y garantice la igualdad entre todos los ciudadanos, la moral cristiana de los ingleses impuso esta prohibición que se ha mantenido vigente hasta nuestros días”, cuenta a este diario Gopi Shankar Madurai, representante indio en la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas (ILGA).
Como miles de personas que salieron ayer a las calles de todo el país, este activista de la región de Tamil Nadu celebró con entusiasmo el fallo del Supremo: “Por fin, nadie en la India podrá tener miedo a salir del armario. Aunque pocas personas eran condenadas por homosexualidad (resultaba difícil probarla), ahora todo el mundo tendrá la confianza, la seguridad y la libertad de ser quien desea ser. Como pasaba antes de que llegaran los británicos”, añade Shankar.
La homosexualidad y la transexualidad forman parte del hinduismo, muchos creyentes veneran dioses hermafroditas. Además, esta religión –mayoritaria en India (80%)– considera el matrimonio como una unión de almas y no de sexos, por lo que desde tiempos ancestrales ha permitido la unión homosexual.
Precisamente, el próximo paso de la comunidad LGTB en la India será lograr legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo y alcanzar la igualdad en otros derechos civiles como la herencia o la subrogación del embarazo. “La decisión de ayer del Tribunal Supremo sólo es el principio”, coincidían muchas voces en las redes sociales. Cada vez, la tolerancia es mayor entre los jóvenes y en las grandes ciudades, donde, sorprendentemente, la aceptación de la homosexualidad ha sido menor que en las zonas rurales, menos influenciadas por la colonización y más por el hinduismo, cuenta Shankar.
La resolución del Supremo puso fin a una batalla legal iniciada en el 2001 y que recorrió distintas instancias, con argumentos y decisiones a favor y en contra. Finalmente, la justicia se decantó a favor de los derechos de los homosexuales. Ahora, la prohibición del artículo 377 continua vigente en otros casos (como en el sexo con animales) pero no más en relaciones homosexuales.
“La historia debe una disculpa a todos los miembros de esta comunidad y a sus familias por el retraso en la rectificación, la ignominia y el ostracismo que han sufrido durante siglos”, dijo la magistrada Indu Malhotra. “La homosexualidad es una condición natural, forma parte de la sexualidad humana”.
Así lo entiende ahora la India.
Pese a que la Constitución garantiza la igualdad, la prohibición persistía por costumbre