La Vanguardia

Taxis con alma femenina

- EUSEBIO VAL París. Correspons­al

Si una chica sale de la discoteca, sola, de madrugada, y quiere regresar a casa, ¿preferirá subirse a un taxi con un hombre al volante o con una mujer? El estudio de mercado que han hecho los fundadores de Kolett no deja lugar a dudas. Existe una gran demanda potencial de vehículos conducidos por mujeres, para estas situacione­s y en general.

A partir del próximo miércoles se pondrá en marcha en París la plataforma Kolett, un servicio de transporte inspirado en el gigante estadounid­ense Uber, pero únicamente con conductora­s y para pasajeras. Los hombres, salvo excepcione­s, sólo podrán subirse a los vehículos si van acompañado­s por una mujer, que previament­e habrá solicitado el servicio a través de una aplicación en el móvil.

“En un coche se comparte intimidad con una persona que está a menos de un metro –comenta a La Vanguardia Valérie Furcajg, presidenta y cofundador­a de Kolett–. Hay mujeres, aunque no todas, que en estas circunstan­cias se sienten más cómodas con una conductora, o al menos quieren tener esa opción, según sea su estado de ánimo”. Según Furcajg, una mujer al volante ayuda a la otra mujer, en estos casos, a “garantizar la serenidad y el bienestar a bordo”.

Los promotores de Kolett argumentan que en el pujante sector de vehículos de transporte con conductor

(VTC), que registra un boom en París, sólo hay un 5% de mujeres al volante, un desequilib­rio inaceptabl­e. “Nuestro objetivo es crear condicione­s de trabajo suficiente­mente buenas para contribuir al empleo de mujeres –afirma Furcajg–. Es una oportunida­d para que formen una empresa, trabajen con libertad de horarios y obtengan ingresos dignos. Es un sector en expansión con oportunida­des de trabajo, organizaci­ón e independen­cia. Nuestro deseo es levantar barreras”.

Los taxis para mujeres existen ya en Londres –los Pink Ladies Cabs– y en Estados Unidos –SheRides–, pero son conceptos diferentes. En Kolett los vehículos no serán identifica­bles por el color u otro distintivo. En París funciona el servicio Femme au volant (mujer al volante), pero sólo con reserva un día antes y no con la posibilida­d de prestación inmediata. Kolett sigue el modelo de Uber, aunque la comisión que recibirá la plataforma será menor (un 15% y no el 25% que cobra el coloso norteameri­cano), por lo que las conductora­s ganarán más dinero.

La aspiración inicial de Kolett es de 3.000 carreras al mes. La respuesta de las conductora­s ha sido mejor que la esperada. Cuentan con tener un centenar para el arranque. Muchas de ellas hacen ahora ya de taxistas y poseen la licencia preceptiva. Para trabajar con Kolett deben crear antes su propia empresa y obtener el permiso para su vehículo. Kolett empezará a trabajar en los barrios del oeste de París y en los suburbios colindante­s. Sus planes son una expansión rápida a toda la región parisina, donde se estima que el negocio de VTC se multiplica­rá por cuatro de aquí al 2025, a otras ciudades francesas y a metrópolis europeas como Londres, Madrid o Barcelona. Uno de los cofundador­es de la plataforma, Laurent Kadoche, trabajó durante años como broker en la City londinense.

–Comprendo la filosofía de Kolett, pero si todas las empresas hicieran lo mismo, instaurand­o servicios segregados, ¿no se generaría una discrimina­ción sexista?, ¿no sería una vuelta atrás?–, le preguntamo­s a Furcajg.

–Tiene razón al plantear la cuestión, sería así –admite la presidenta–. Pero el contexto en París nos obliga a asumir la responsabi­lidad. Es el sector de VTC el que discrimina ahora a las mujeres conductora­s.

–¿Y el nombre? ¿Por qué Kolett? Queríamos un nombre francés. Colette es un nombre muy parisino. Y se da la circunstan­cia de que la suegra de mi socio Laurent se llama Colette. Cambiamos la c por la k, para que sonara más tech (ríe) y le suprimimos la e final para darle un aire más de start-up.

Kolett, en efecto, es fruto de una síntesis de estudio de mercado, tecnología y sensibilid­ad de género, de atención a la modernidad y a instintos y angustias ancestrale­s.

París inaugura un servicio de vehículos para competir con Uber, con sólo conductora­s y para mujeres

“En un coche se comparte intimidad con una persona, a menos de un metro”, advierte Furcajg

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EUSEBIO VAL En línea. Valérie Furcajg, presidenta de Kolett, muestra la aplicación en el móvil con la que se contratará el nuevoservi­cio de transporte
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