Sanidad precaria
Por una subida de tensión arterial me llevaron a urgencias del Vall d’Hebron, donde un reducidísimo equipo de médicos héroes se enfrentan diariamente a un ingente número de enfermos. Quiero con ello destacar la precariedad laboral de la sanidad pública, que no corresponde a la imagen que se quiere dar de nuestro país y en particular de Barcelona.
Por conversaciones con el personal del centro he sabido que el personal sanitario ¡se ha reducido a casi la mitad estos últimos años! Uno puede imaginarse el escenario: el ritmo de estrés de dicho personal, así como el número de camillas que ocupan cualquier espacio viable, dando más bien la impresión de un hospital de campaña. Al día siguiente, por motivos de organización interna, me enviaron al Clínic, donde ingresé en una unidad de cuidados intensivos plenamente renovada en la que recibí atenciones continuas de un personal altamente cualificado antes de ser dada de alta un día después.
Quiero agradecer a todos los médicos, enfermeros y auxiliares de ambos centros su amabilidad, dedicación y profesionalidad. Deseo fervientemente que las precarias condiciones de la sanidad pública puedan ser subsanadas en un futuro próximo.
M. ARNÚS DE URRUELA Suscriptora
Barcelona