Dulce cosecha, sabor amargo
Prades cultiva con éxito una variedad de lúpulo clave para dar el característico gusto a la cerveza, alternativa a su reputada patata
Cuando hace seis años se planteó en Prades (Baix Camp) la plantación del lúpulo como un cultivo alternativo para ayudar a los agricultores locales y evitar el abandono de tierras, más de uno pensó que se trataba de una excentricidad poco viable. Por aquel entonces, este bucólico pueblo de montaña de poderoso atractivo turístico buscaba nuevas formas de ganarse la vida para fijar la población durante todo el año. El cultivo de la planta trepadora, clave para aromatizar y dar sabor amargo a la cerveza, empezó en una finca experimental de una hectárea, y ha resultado ser un éxito.
La variedad de lúpulo que se ha adaptado a la perfección a la climatología y a la tierra de Prades, ubicado a 1.000 metros de altitud y con una gran oscilación térmica entre el día y la noche, es la Nugget. Lúpulo apreciado por la capacidad de dar el sabor amargo a la cerveza, por su elevado porcentaje de alfa ácidos, Estrella Damm lo ha elegido para elaborar una de sus cervezas más exclusivas, la Complot Ipa, con una producción de 432.000 botellas.
Prades vive inmerso en la recolección de una planta cannabácea conocida como el oro verde, en manos aquí de seis agricultores. La calidad de la cosecha ilusiona a todos. “Hay que buscar nuevas alternativas”, destaca la familia de Enric Domènech, agricultores de Prades de largo recorrido (patatas, avellanas y nueces) que ayer acudieron a la cooperativa con su cosecha anual de lúpulo.
Los payeses empiezan a creer en la viabilidad de un cultivo sin tradición en un pueblo conocido por sus patatas, las únicas catalanas con indicación geográfica protegida (IGP). Aunque el lúpulo se cosecha de forma manual, tras la recolección debe de seguir un preciso proceso mecánico, donde el tiempo es oro. “Corremos para preservar sus propiedades”, explica Manel Asensio, jefe de I+D en Estrella Damm. En pocas horas se separa la flor y se seca. La cooperativa ha invertido 300.000 euros en maquinaria.
Los recolectores locales están asesorados por la cervecera, que compra y procesa el 100% de su cosecha. El plan es llegar a cuadriplicar, a medio y largo plazo la superficie plantada, hasta llegar a la treintena de hectáreas, donde está el “techo”. “No nos lo podíamos ni imaginar, queremos seguir creciendo, haciendo mucha pedagogía en el pueblo”, dice Lídia Bargas, alcaldesa de Prades.
El pueblo ha acogido 6.000 personas este verano, diez veces su población, con plena ocupación. El turismo sigue creciendo junto a nuevos proyectos. Se estrenará este curso otro cultivo, el de la manzana con denominación de origen Muntanyes de Prades. “Es una de las mejores de Catalunya”, asegura la alcaldesa. Hay agricultores que ya están plantando lúpulo, manzana y patata.
Lo que empezó como un experimento es una realidad en auge; el plan es cuadriplicar las hectáreas plantadas