Dos gitanas insumisas
Ella es paya, lo que ha levantado ampollas en ciertos sectores de la comunidad gitana que no quieren salir al exterior, pero la bilbaína Arantxa Echevarría debuta en el largometraje de ficción con un filme (concursó en la Quincena de Realizadores del pasado Festival de Cannes) que aborda el romance entre dos chicas gitanas.
La Asociación Gitanas feministas por la Diversidad, por ejemplo, ha reprochado que la película perpetúa estereotipos en su visión de la comunidad gitana.
Sin embargo, Arantxa Echevarría ha materializado una obra que encadenaba dificultades. Para empezar, que el reparto de esta película coral, exceptuando a uno de los intérpretes (Javier Godino), estuviera integrado por debutantes no profesionales, sin experiencia ante las cámaras.
La realizadora ha explicado: “Tras un durísimo casting que duró medio año, llegamos a ver a más de mil gitanos, hasta que por fin encontramos a nuestra Lola y nuestra Carmen”.
Dos chicas un tanto antagónicas, pero que acaban sumidas en un romance que las puede marcar negativamente a perpetuidad. Porque viven en una comunidad gitana del extrarradio madrileño, se ganan la vida en un mercadillo y deben cumplir las normas machistas que las condenan a matrimonios precoces y al sometimiento del varón.
No falta algún que otro estereotipo y decae ligeramente en su parte final, pero es una película valiente. /