En el VAR, con los amigos
Esta temporada ha empezado bien y tendrá muchos alicientes. La gran novedad, claro está, es el dichoso VAR, las ayudas al arbitraje, que desde luego debe perfeccionarse. La afición sigue entre irritada y divertida, según los casos, las deficiencias del sistema, que las tiene, porque al fin y al cabo se trata de un mecanismo que manejan seres humanos, y por tanto presenta fallos e imperfecciones. Volveremos luego sobre ello, porque de entrada también hay mucho morbo en otros terrenos.
Por ejemplo, hay que seguir un poco más al Madrid, para comprobar si realmente la marcha de Ronaldo ha resultado benéfica para el resto de la plantilla. Ahora resulta que la grada blanca descubre a Bale y Benzema, que de la mano de Cristiano sólo eran actores secundarios con ciertos destellos. Y constatamos que el delantero portugués no era tan querido ni admirado por los suyos. Basta acercarse al estadio blanco para percibir la conversión crítica de los que hasta hace poco le jaleaban con el mismo entusiasmo en sus aciertos y en sus piscinazos.
Particularmente creo que la ausencia del hasta hace pocos meses niño mimado y vedette del Bernabeu le puede venir bien al conjunto blanco. En parte, porque la plantilla entera ya no tendrá que estar tan pendiente de los caprichos de su engreído exariete, que no se ha estrenado con gran éxito goleador en su nueva casa del Piamonte. Pero el punto fuerte del Madrid es que se las arregla para tener suerte. Véase el resultado del primer sorteo de la Champions. Ahí también me gustaría que actuara el VAR.
Ahora bien, el principal foco de atención de la temporada ha de seguir puesto en la evolución del FC Barcelona, porque ahí sigue estando Messi. Con
Lo de Pau López a Roque Mesa en el derbi sevillano estuvo entre una llave de judo y una sacudida modelo Sergio Ramos
esa razón bastaría. Pero hay más. Véase el caso de Dembélé. Cada vez me gusta más. Confío en que su rápida progresión se confirme y, si es posible, se acelere. Desde los tiempos de Rivaldo, nadie había corrido y saltado sobre el césped con tanta inspiración felina. Si además algunas de esas carreras terminan con zapatazos certeros, ahora con la diestra, ahora con la zurda, este chico puede llegar a ser un ídolo de la afición blaugrana. Su diana del patatal de Valladolid fue para enmarcar y ponerla como ilustración fija en las cabinas del VAR de todos los campos de España.
Y con esto vuelvo al lío del videoarbitraje. Este año, en el VAR, con los amigos, nos lo vamos a pasar en grande. Lo ocurrido en el derbi sevillano lo demuestra. Lo que le hizo Pau López a Roque Mesa estuvo entre una llave de judo y una sacudida modelo Sergio Ramos. Que el VAR no interviniera (lo hizo después in extremis el Comité de Competición) demuestra lo dicho, que el sistema evitará muchos engaños, pero no impedirá otros igualmente clamorosos.