Otro asunto pendiente: más funciones para enfermería
fícil, porque la prórroga de presupuesto no permitirá la subida de tarifas que facilitaría recuperar algo del salario perdido.
A la cumbre profesional de Girona por su parte, se le pedirá que aproveche para redefinir funciones. En gran parte eso significa aumentar las competencias de la enfermería, un grado universitario poco aprovechado. Así, además, faltarán menos médicos. Y también se redefinirá la organización del trabajo, los equipos domiciliarios, las consultas virtuales que cada vez ocupan más tiempo y la imprescindible integración de lo social en la atención sanitaria. También se pedirá que piensen en incentivos, en cómo fidelizar a los profesionales. “No hay realmente una receta fácil, como subir los sueldos”, aseguran desde la administración sanitaria. Así que de dinero igual no se habla.
“Dejé el hospital en el que estaba como oncóloga en Lleida”, explica T.T., que prefiere ocultar su nombre. “Me hacían contratos cada seis meses, en la agenda un paciente cada 10 minutos ¡en oncología! y las guardias se redujeron a la mitad. Cuando ya no podía empalmar más contratos de 6 meses, me ofrecieron una interinidad pero al 70% ¿por qué? porque mi pareja también era médico en el hospital y era costumbre que en esos casos, si uno tenía un contrato normal, al otro se le podía tener ‘menos en cuenta’. Hubo una oferta en Madrid y me fui. Finalmente acabé en Valencia: un sueldo muy superior, controlo mi agenda, tengo menos presión asistencial y estoy indefinida. No soy la única. Se fueron muchos de otros servicios”.
El déficit de profesionales se concentra en medicina de familia, pediatría de atención prima-
El COMB reconoce que descarta tramitar, por malas, tres de cada cinco ofertas de trabajo
ria, anestesia y radiología. “Hay una demanda no atendida sobre todo en las zonas extra metropolitanas”, explica Marc Soler, director general corporativo del Col·legi de Metges de Barcelona (CoMB). Algunos puestos de trabajo han tardado un año en encontrar quién lo ocupe. “No hay paro en la profesión, pero sí un desajuste salarial. En el colegio desechamos ofertas de trabajo porque no son racionales. De las 1.200 que hay al año, tramitamos solo 800”.
La situación no resulta muy atractiva. “Así que si lo que te ofrecen está a 100 kilómetros de tu casa, tanto te da irte a otra comunidad si allí te proponen un contrato indefinido, la vida es más asequible, el horario quizá mejor y te pagan un poco más”, explica Vicente Matas, responsable de atención primaria urbana en la Organización Médica Colegial (OMC) y autor de varios estudios sobre movilidad. “Es lo que está pasando en Catalunya hacia Aragón, Valencia y Balears y en Andalucía hacia Murcia o Castilla-La Mancha”.
“Yo me fui de Barcelona a Bilbao a hacer el MIR. Mis compañeros de carrera se mueren de envidia, aunque eche de menos una ciudad como Barcelona. Pero vivo en un buen piso en el centro, no en una habitación periférica, voy andando al hospital sin sumar trenes y metros y a mediodía como en casa, porque mi jornada termina a las 3, no a las 5”, resume C. A., residente de primer año de psiquiatría.
De Catalunya se dirigen hacia Aragón, Valencia y Baleares; y de Andalucía, a Murcia o Castilla-La Mancha