Oubiña dice que se siente “tranquilo y relajado” tras 22 años en la cárcel
Laureano Oubiña, el que fuera uno de los narcotraficantes más famosos en la Galicia de los años 80, asegura –en una entrevista concedida a La Vanguardia.com– que “los grandes narcos no han entrado en la cárcel ni entrarán: tienen hoteles y son empresarios respetables”. Además, afirma que si llega “a saber lo que me iba a pasar, hubiera traficado con otra cosa, cocaína o heroína, lo que hiciese falta. ¿Después de todo lo que me han colgado? ¡Te juro por Dios que lo hago !”.
Tras pasar más de 22 años en prisión por tráfico de hachís delito contra la Hacienda Pública y blanqueo de capitales –los únicos delitos por los que pudo ser condenado–, el narco ha escrito y autoeditado el libro Toda la verdad, a pesar de que se confiesa “semianalfabeto”, en el que hace un repaso a esos años en los que junto a José Ramón Prado Bugallo (el nombre real de Sito Miñanco) eran dos de los criminales más buscados de España.
Precisamente sobre Miñanco, Oubiña explica en la entrevista que aún habla con él. “Su familia era amiga de la mía, sus padres, abuelos… y él es amigo mío. Ahora bien, lo que haga o deje de hacer es asunto suyo, pero si yo pudiese ayudarle para que estuviese un día menos en la cárcel, le ayudaría”.
Durante la entrevista, el antiguo narcotraficante que empezó haciendo contrabando de tabaco en las Rías Baixas, cuenta que es pensionista y que cobra 380 euros al mes. “Ningún banco me abre una cuenta para ingresarla: cuando me llega, me llaman y me pongo a la cola para cobrarla, y se pregunta si esta es una situación que ‘lleva a la reinserción social’”.
En este sentido, Oubiña no duda en adoptar el papel de víctima y asegurar que, a pesar de que se siente “muy relajado y tranquilo”, después de haber cumplido su condena, “otra cuestión es que me dejen estarlo, porque estoy teniendo muchos problemas con mi libro”, como los tuvo en el pasado cuando –según él– “me vincularon al narcotráfico para poder robarme mis empresas”. Y el narco llega a decir que hay gente que “me está empujando a que tenga que delinquir de nuevo. Y yo no quiero delinquir de nuevo, no quiero volver a las andadas. Así se lo dije a la gente, ¿quieren provocarme para que vuelva?”.
Eso sí, Oubiña –que llegó a ser considerado el Pablo Escobar gallego– asegura que nunca mató a nadie. “Si yo hubiese matado a alguien, el otro tiro me lo metía yo, porque sería incapaz de vivir con eso en la conciencia”.