La belleza de la discapacidad
En horas darán comienzo las semanas maratonianas de las pasarelas internacionales. Un verano a contracorriente para la infinidad de equipos detrás de las marcas que vuelven a abrir el telón de sus obras, ante la deseosa curiosidad de los entendidos y amantes de la industria. Novedades a punto de convertirse en tendencias imitadas a escala mundial y nerviosismo de los nuevos directores creativos como Ricardo Tischi para Burberry o Heide Slimane para Celine, por interpretar su mejor función en la pasarela.
Esta nueva edición de la Semana de la Moda de Nueva York tendrá un halo de lo más especial. No sólo serán protagonistas los grandes nombres del panorama fashionista, sino que la verdadera estrella será una modelo española de 21 años que hoy mismo cumplirá su sueño de desfilar de la mano de Talisha White. La maniquí de la que hablo es Marian Ávila, una chica con síndrome de Down que, como tantas otras, lucha por la igualdad de sus posibilidades ante una sociedad aún reticente a integrar a personas con capacidades distintas y de lo más enriquecedoras.
Tuve la suerte de conocer a Marian en la pasada Madrid Fashion Week. Ella me habló de la moda como su pasión, su ilusión y un motor diario de superación. Siempre anheló convertirse en modelo, sentir la adrenalina del backstage y ante todo, ser una más. Humildemente, le di un par de consejos: que practicase con los tacones en casa y que siempre creyera en ella y jamás desistiera. Durante la última pasarela madrileña, Marian, acompañada de su inseparable madre, fue la asistente más fiel, presenciando más de veinticinco desfiles.
Cada temporada, nuestro desfile de N+V brilla precisamente por la integración y el compañerismo. Sofía, mi ángel rubio, participa junto al resto de mini-tops, y entre ellas se ha creado una pequeña gran familia que transmiten al desfilar. Risas, confidencias, diversión y, ante todo, igualdad. Sofía es la estrella de la jornada. Nada nos emociona más que verla sonreír tras haber recibido una infinidad de halagos y aplausos del público. Su participación genera en ella una autoestima y un empoderamiento que le permite que sus pasos sean firmes y seguros.
Sofía y Marian representan lo que a menudo nos falta al resto: amor, dulzura y pureza. Mujeres dispuestas a cambiar el mundo y a demostrar que ellas sí que son unas verdaderas modelos que seguir. Detrás de los sueños de ambas están Marian y Patricia, dos madres ejemplares, tenaces en su empeño de integrar la belleza de la discapacidad y perseguir las aspiraciones de sus ángeles.