El órgano abre sus puertas
La catedral de Tarragona culmina la restauración de su joya renacentista
Tras más de un año y medio de minucioso trabajo, las puertas del órgano renacentista de la catedral de Tarragona, vuelven a lucir en su sitio. Se retiraron hace más de diez años por las obras del Pla Director de la Restauració de la Catedral y durante esta década todo el instrumento –sólo hay otro en Salamanca de época y estilo comparable– se ha restaurado íntegramente. Acabado el proceso de recuperación, el 25 de octubre se celebrará la inauguración del órgano, construido en el siglo XVI, con un seminario en el que técnicos y expertos hablarán sobre la última fase del trabajo.
El proyecto de conservación y restauración de las puertas –que comenzó a principios de 2017– lo firma David Silvestre. Con él, un amplio equipo de profesionales especializados coordinados por Maite Toneu: desde ebanistas, arquitectos o fotógrafos a un químico o un relojero y también el personal del laboratorio del Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya (CRBMC).
El órgano de la catedral de Tarragona recuperó su sonido original en junio de 2013. Cinco años antes arrancó el proceso de restauración del instrumento, fabricado en Holanda y alojado en un mueble de madera del siglo XVI único en España por sus dimensiones tratándose de la época renacentista: mide 32 metros de altura contando la sillería. El mueble –salvo las puertas– se restauró íntegramente y el instrumento se construyó de nuevo en un taller holandés especializado. La fachada la diseñó el párroco de Tivissa, Jaume Amigó, un gran arquitecto del renacimiento catalán y se mantuvo durante siglos. Sin embargo, el interior del órgano se modificó totalmente en 1929 y por ello cobra valor la restauración del instrumento, con ella se ha re- cuperado el diseño original. En un taller de Holanda, se construyeron los 2.712 tubos funcionales del órgano y se invirtieron más de 21.000 horas de trabajo. El coste de la recuperación del integral del órgano fue de 1,2 millones financiados, a partes iguales, entre el arzobispado, la Diputació de Tarragona, el Ayuntamiento y la Generalitat.
Sólo faltaban las puertas, que se habían retirado. El capítulo de la Catedral, incluso se había planteado la posibilidad de ubicar las dos piezas por separado. Sin embargo, y tras las visitas y el estudio de los técnicos del Centre de Restauració de Béns Mobles se optó por restaurar. “El criterio ha sido el de la mínima intervención y el máximo respeto para todos los elementos que conforman la historia de la obra”, mantiene el Arzobispado. Los trabajos se han realizado en la misma catedral, donde se habilitaron dos espacios: uno al lado del crucero para trabajar, con andamio, las pinturas en vertical y otro en la capilla lateral de Sant Joan, para realizar las fases de tratamiento en horizontal.
Esta última fase de restauración ha tenido un coste de cerca de 364.000 euros que han aportado el Departament de Cultura de la Generalitat (100.000), la Diputació de Tarragona (30.000), la Fundació Privada Mútua Catalana (60.000) y el capítulo de la Catedral (173.765). La música del órgano suena habitualmente en las celebraciones religiosas, pero en estos momentos no hay programado ningún ciclo de conciertos.
El instrumento se fabricó en Holanda y se encajó en un mueble de madera de único, de 32 metros de altura