Sánchez fija el horizonte de su Gobierno en el 2030
El presidente pide paciencia ante la situación de minoría parlamentaria Se compromete a mejorar ya las finanzas autonómicas
LA GRAN TRANSFORMACIÓN
“Nuestro objetivo es la justicia social”, en un programa que fija a diez años vista
MUNICIPALES Y AUTONÓMICAS
El líder del PSOE llama a movilizarse: su plan se derrumbará si no gana en las urnas en mayo
Ni su toma de posesión como presidente del Gobierno el pasado 2 de junio fue una equivocación o un simple “accidente”, ni su mandato será un mero e inesperado paréntesis hasta que vuelva a gobernar de inmediato la derecha, ni su proyecto político será flor de un día. Pedro Sánchez quiso lanzar ayer todos estos mensajes en el mitin que protagonizó en Oviedo –el primero de una campaña con la que el PSOE ya afronta el nuevo ciclo electoral– para celebrar sus primeros cien días de mandato en la Moncloa. Y fijó la culminación de su proyecto político ni más ni menos que en el 2030. Dentro de doce años.
“A todos aquellos que dicen que esto poco menos que es un accidente, y que después de esta moción de censura volverán los conservadores a gobernar, yo les digo que en esta legislatura vamos a sentar las bases de la gran transformación que necesita y exige España hasta el año 2030”, anunció. “Nuestro objetivo es la justicia social, y nuestro horizonte el 2030”, subrayó. Esos, aseguró, son los planes del Gobierno y del PSOE.
Sánchez enumeró los cuatro principios que, a su juicio, guían la acción de este gobierno: “Coherencia, diálogo, ambición y realismo”. La ambición quedó reflejada en el largo período que fijó para culminar su proyecto político, pese a la minoría absoluta de la que dispone en el Parlamento y que le impide, vino a decir que por ahora, desplegar su acción de gobierno con toda la intensidad que pretende. Y por eso apeló al realismo para justificar muchas de las cosas que le gustaría, pero no podrá hacer al menos durante la presente legislatura. “Yo entiendo que hay mucha gente que quiere que hagamos todo en menos de dos años”, admitió. Pero, por ejemplo, “no hay una mayoría para derogar la reforma laboral que nosotros queremos derogar”, lamentó. Sí la hay en el Congreso, dijo en cambio, para “eliminar muchos de los elementos más lesivos del estatuto de los trabajadores como es la subcontratación de los trabajadores y la calidad de su empleo”. Y eso es lo que se propone hacer.
Tampoco hay una mayoría en el Congreso –“ni un acuerdo por parte de los presidentes autonómicos”, asumió–, para aprobar un nuevo sistema de financiación autonómica. “Pero mientras tanto, no nos vamos a quedar parados y nos comprometemos a mejorar la financiación de todas y cada una de las comunidades autónomas y también de los ayuntamientos. Eso sí lo vamos a hacer”, aseguró.
Y en la Unión Europea, añadió, tampoco hay mayoría para “hacer un enfoque integral sobre el desafío de la inmigración”. “No lo habrá, pero eso no significa que el Gobierno de España no actúe como vanguardia de una política de migración que tiene que ser común”, aseguró.
Y ya adelantó cuáles serán los cinco ejes de esa “gran transformación” que propuso desplegar hasta el 2030: la educación, el empleo, la sanidad, el medio ambiente y las pensiones. Llamó ya al PSOE a la movilización para alcanzar ese futuro. “Va a haber mucha gente que no quiera, porque les hemos cambiado el paso, les hemos cambiado el escenario –advirtió–. Ellos pensaban que la izquierda no iba a volver a gobernar este país y que el conservadurismo iba a ser la oferta de resignación para la mayoría social de España”. Y, para conquistar el futuro que auguró, alertó de que lo primero será que el PSOE gane las elecciones municipales, autonómicas y europeas de mayo del año que viene. “¡Son muy importantes! Cuantos más alcaldes y presidentes tengamos al frente de las instituciones, más fuerte y más transformador será el cambio que podamos hacer”. Antes, serán las elecciones andaluzas. Y, después, las generales.