La Vanguardia

La ultraderec­ha sueca logra un notable aumento de votos pero sigue como tercera fuerza

La socialdemo­cracia revalida con el 28% la victoria electoral y el Partido Moderado se mantiene en segunda posición con menos del 20%

- NÚRIA VILA

Demócratas de Suecia, el partido de ultraderec­ha, logró ayer elevar su apoyo entre el electorado, con casi cinco puntos más que en los anteriores comicios, hasta el 17,7%, aunque no llegó a consolidar las expectativ­as que le daban las encuestas ni a saltar a la segunda posición del arco parlamenta­rio, que sigue ocupando el Partido Moderado.

El Partido Socialdemó­crata ha ganado las elecciones de este domingo en Suecia, manteniénd­ose como la fuerza más votada y, pese a que ha obtenido los peores resultados de su historia, no ha sido el desastre que le auguraban las encuestas. El partido de extrema derecha Demócratas de Suecia ha sido, como se esperaba, el que ha registrado un mayor crecimient­o (cinco puntos porcentual­es más que hace cuatro años), pero no ha conseguido superar al Partido Moderado, con lo que se mantiene como tercera fuerza en el Parlamento.

Los socialdemó­cratas del actual primer ministro Stefan Löfven han gobernado la última legislatur­a junto al Partido Verde y con el apoyo del Partido de Izquierdas, tres partidos que en estas elecciones han sumado un 40,6% de los votos, siendo el bloque ganador aunque a muy poca distancia del 40,3% de los cuatro partidos que forman la Alianza de centrodere­cha –Moderados, Centro, Liberales y Democristi­anos–. De esta forma, ambos bloques se quedan lejos de la mayoría absoluta (175 escaños de los 349 en total), y ganan fuerza los 63 diputados de la ultraderec­ha, que podrían ejercer un papel clave en la formación del próximo gobierno, pudiendo bloquearla con su votación contraria.

Los socialdemó­cratas han empeorado los resultados del 2010, los más negativos hasta ahora, cuando obtuvieron un 30,7% de apoyos. También ha reducido sus apoyos significat­ivamente el Partido Moderado de Ulf Kristersso­n, que ha pasado de un 23,3% al 19,8%, el peor resultado desde el 2002 (15,3%).

Los Demócratas de Suecia, por el contrario, han sido los que han registrado una mayor progresión. El partido entró por primera vez en el Parlamento sueco en el 2010 con un 5,7% de los votos y 20 escaños de los 349 en total, y en el 2014 aumentaron su representa­ción hasta el 12,9%, consiguien­do 49 escaños. Con los resultados de este domingo, obtienen un 17,6% de representa­ción, con 63 escaños que pueden ser decisivos.

Así, se han cumplido las tendencias que predecían la mayoría de encuestas de las últimas semanas, ya que han reducido sus apoyos los dos principale­s partidos del país, socialdemó­cratas y moderados, así como también el Partido Verde (del 6,9% al 4,3%), mientras que han crecido Demócratas de Suecia, el Partido de Izquierda (del 5,7% al 7,9%), el Partido de Centro (del 6,1% al 8,6%) y los Democristi­anos (del 4,6% al 6,4%), y los Liberales se han mantenido estables (del 5,4% al 5,5%).

Con estos resultados, los dos

FUERZA CLAVE

Los 63 escaños de los Demócratas de Suecia pueden ser decisivos en el Parlamento

EQUILIBRIO

El bloque de izquierda, con el 40,6% de los votos, gana por poco a la derecha, con el 40,2%

grandes bloques (partidos de izquierda y de centrodere­cha) quedan en un empate técnico: las izquierdas consiguen un 40,6% de los votos y el centrodere­cha un 40,3%, lo que puede llevar al país a una situación de ingobernab­ilidad. En la última legislatur­a, ambos bloques hicieron un pacto para facilitar que el que obtuviera más votos pudiera gobernar en minoría, pero ahora el aumento de los Demócratas de Suecia puede bloquear la investidur­a. Además, la mínima diferencia de votos puede hacer que la Alianza de centro derecha quiera intentar la investidur­a de Kristersso­n.

Pese al aumento meteórico de los Demócratas de Suecia, se descarta a priori su participac­ión en cualquier gobierno, ya que todos los partidos rechazan su colaboraci­ón debido a su pasado vinculado con movimiento­s neonazis. El SD ha moderado en los últimos años su discurso y se ha alejado de los grupos más radicales y expulsado a sus miembros más extremista­s, pero sigue siendo un partido marginado por parte de las formacione­s tradiciona­les.

En el sistema parlamenta­rio sueco –unicameral– no es necesario tener mayoría absoluta para formar gobierno, sino que sólo se requiere una mayoría simple –tener al menos un voto más a favor que en contra–. Esto significa que si el SD se abstiene en la votación para investir a Kristersso­n, se podría formar un gobierno conservado­r incluso si los partidos de izquierda y centroizqu­ierda votan en contra, formando un ejecutivo en minoría como en los últimos cuatro años.

Sin embargo, un posible acuerdo con los Demócratas de Suecia ha provocado grietas en la Alianza –creada en el 2004 como coalición, pero con programas independie­ntes en estas elecciones–, ya que los conservado­res y democristi­anos no cierran la puerta a aceptar su apoyo para poder gobernar –o al menos su abstención para permitir la investidur­a–, mientras que liberales y centristas rechazan cualquier negociació­n con el partido de Åkesson.

A su llegada a la sede electoral de

SOCIO INCÓMODO

Todos los partidos rechazan la colaboraci­ón del SD por su pasado neonazi

los Socialdemó­cratas, Löfven ya avisó de que ninguno de los bloques tendría su propia mayoría, “lo que significa que tenemos que cruzar los límites del bloque para tener una sociedad decente”, en referencia a la necesidad de seguir dejando de lado a la ultraderec­ha y en un claro aviso a Kristersso­n. Por su parte, el conservado­r afirmó en una entrevista a la televisión pública SVT el mismo día de las elecciones que su “único objetivo” es formar un gobierno de la Alianza, y no quiso especular sobre la postura del SD, con el que no quiere negociar pero cuyos votos necesitarí­a para ser investido.

El SD ha sido el gran beneficiad­o de la crisis migratoria por la oleada de refugiados del 2015, cuando el país escandinav­o acogió a más de 163.000 solicitant­es de asilo, la cifra per cápita más alta de toda la Unión Europea. Ante esta situación, el Gobierno de izquierdas se vio obligado a restringir su política de asilo, lo que dio alas a la ultraderec­ha para reforzar su discurso antiinmigr­ación.

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JONAS EKSTROMER / EFE Celebració­n. Stefan Lofven, el sosegado líder socialdemó­crata sueco, celebra con los suyos la victoria en las elecciones generales
 ?? ANDERS WIKLUND / AFP ?? Euforia. Los seguidores de Demócratas de Suecia (SD), el partido de ultraderec­ha, celebraron anoche los resultados prácticame­nte como una victoria
ANDERS WIKLUND / AFP Euforia. Los seguidores de Demócratas de Suecia (SD), el partido de ultraderec­ha, celebraron anoche los resultados prácticame­nte como una victoria
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