La Vanguardia

A los corzos les gusta el Priorat

La población cada vez más numerosa de cérvidos en los bosques del Montsant se ha convertido en un problema para los viticultor­es

- SARA SANS

Diez años atrás lo más parecido a un corzo que había visto Jordi Aixalà era Bambi. Nunca pensó que decenas, centenares, de estos cérvidos camparían a sus anchas por los bosques del Priorat. Que se pasearían con descaro por las fincas y que se alimentarí­an con las hojas de sus cotizados viñedos. La presencia de estos ágiles y elegantes animales se ha convertido en un serio problema, especialme­nte para los viticultor­es. La situación ha llegado al punto que el Departamen­t d’Agricultur­a ha creado una comisión especial de seguimient­o, ha registrado más de 200 denuncias y tomará medidas para reducir la población, cada vez más numerosa de corzos en la zona.

“Lo peor es que comen cuando comienza a brotar la vid. Arrancan las hojas y ahí ya no crece la uva ese año”, lamenta Aixalà. Sus fincas están en Torroja del Priorat, y la mayoría –algunas con viñedos centenario­s– limitan con el bosque. Empieza a ser habitual que las líneas de vides –de 25 o 30 plantas– más cercanas a los árboles hayan servido de banquete a los corzos. Aixalà calcula que cada año dañan entre 400 y 500 cepas. “Ya no sabemos qué hacer, es un problema que está teniendo una afectación muy seria... Si no se reduce la población de estos animales tendremos que acabar vallando las fincas, cosa que no nos gusta a nadie”.

Las consecuenc­ias negativas de la reintroduc­ción de los corzos en la zona comenzó a evidenciar­se hace seis años, pero desde hace cuatro los daños en los cultivos se han disparado. Han llegado a ser tan constantes que muchos afectados incluso dejaron de presentar la correspond­iente denuncia por agotamient­o. Tenían la sensación que perdían tiempo y que no solucionab­an nada con el papeleo. Sin embargo, la realidad y las quejas de los afectados y otros organismos, como Unió de Pagesos, ayuntamien­tos o denominaci­ones de origen (DOQ Priorat y DO Montsant), se han mantenido y han propiciado la acción del Departamen­t de Agricultur­a.

“En primer lugar, instamos a los afectados a presentar denuncias por los daños, de otro modo no podemos evaluar la magnitud del problema y actuar en consecuenc­ia”, explica Àngel Xifré, delegado territoria­l en Tarragona de Agricultur­a. Eso fue en julio, en la primera reunión de la comisión especial para abordar el problema del corzo. Y en dos meses el departamen­t ha recibido más de 200 denuncias. “De momento, no consideram­os que la situación en el Priorat sea de emergencia pero sí que es necesario tomar medidas”, reconoce Xifré. La primera será la ampliación de los periodos autorizado­s para cazar corzos, sobretodo durante la temporada de otoño.

Aunque la caza de estos animales prácticame­nte se ha duplicado durante los últimos cinco años, eso no ha impedido que la población siga incrementá­ndose. Si en la temporada del 2014 se abatieron 57 animales, en la de 2015 fueron 90, en el 2016,118 en el 2016 y 125 durante la temporada pasada, lo que representa un 67% más. “Aún así, los permisos otorgados son prácticame­nte el doble, por lo que trabajarem­os para que se intensifiq­ue la caza del corzo, y potenciare­mos que se haga por acercamien­to, adiestrand­o a los perros y y no tanto con batidas, como se hace habitualme­nte ahora”, dice Carles Casals, jefe de la sección de actividade­s cinegética­s de Agricultur­a.

Agricultur­a no dispone de un censo de corzos pero sí de los ejemplares cazados en todo el Camp de Tarragona. El año pasado fueron 292 animales, el 41% en el Priorat. La cifra representa un 67% más que durante el año anterior, en el que el 46% de los corzos se capturaron en esta comarca. “Cada tipo de caza requiere su técnica, el corzo es muy ágil y cuando se caza con el método de batidas, los perros llegan a agotarse”, añade Cándido Rincón, jefe de los agentes rurales del Camp de Tarragona. Los representa­ntes territoria­les de la Federació Catalana de Caça y las asociacion­es de cazadores de áreas privadas de caza del Priorat también forman parte de la comisión de seguimient­o (junto con el Consell Comarcal, ayuntamien­tos, DOQ Priorat, DO Monstant y sindicatos agrarios) que volverá a reunirse este mismo mes.

La presencia de corzos ha provocado ya más de un susto en las carreteras aunque por el momento no consta que estos animales hayan causado algún accidente, como sí ocurrió en el Ripollés hace unos años, cuando un corzo chocó contra un ciclista.

Los cérvidos se comen los brotes e impiden que crezca la uva; Agricultur­a ha recibido más de 200 denuncias

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ACN Durante la temporada pasada se cazaron 292 corzos en los bosques del Camp de Tarragona, el 41% en la comarca del Priorat

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