Guillem Terribas
LIBRERO
El activista cultural Guillem Terribas, factótum de la Llibreria 22 de Girona y de los Cinemes Truffaut, vio reconocida ayer su labor incansable con el premio Trajectòria, que concede la Setmana del Llibre en Català.
Alma de la Llibreria 22 de Girona, factótum de los cines Truffaut y jurado del premio de novela corta Just Manuel Casero, Guillem Terribas (Salt, 1951) recibió ayer el premio Trajectòria, que otorga la Setmana del Llibre en Català. Como dijo Joan Sala, el presidente de la feria, ni es un premio bien dotado –no tiene dotación– ni lo otorga una institución de prestigio; son los premiados los que ennoblecen el premio. Y también lo ennoblece el hecho de que lo entregue todo el sector (editores, libreros, escritores, periodistas...).
El premio es el cartel original de esta edición de la Setmana, la 36.ª, obra del pintor y escenógrafo Frederic Amat. Todas las cifras convergen, como hizo notar Terribas. El premio es el 22.º, como la Llibreria 22, y la Setmana es la 36.ª, los años que lleva detrás del mostrador.
“¿Por qué me dan el premio?”, se preguntó Terribas. “Y entonces miras atrás y ves que quizá sí que has hecho cosas con mucha otra gente. Como librero lo he pasado mal, sobre todo a final de mes. También he conocido gente muy maja. Pero el resumen es que me lo he pasado muy bien”.
Se mostró muy contento de toda la gente que vino ayer: “La Martina, por ejemplo, que es la más importante”.
Guillem Terribas, alma de la Llibreria 22, recibe el premio Trajectòria, de la Setmana del Llibre en Català
Es su nieta, que presentó a todo el mundo, y al final fue ella quien le entregó un fotomontaje en que Terribas abrazaba a Ava Gardner. Él replicó con una frase de El juez de la horca: “Señora, yo no la he conocido nunca, pero ha dado sentido a mi vida”. Lo dijo emocionado pero no llegó a llorar, a pesar de la insistencia de los concurrentes. Él se defendió: “Yo no me escondo: a mí me gusta llorar”. Además de Martina estaba el presidente del Parlament, Roger Torrent, el conseller Maragall, la exconsellera Rigau, todas las autoridades del mundo del libro con el veterano Jorge Herralde encabezando la nómina...
El periodista Miquel Berga, amigo desde muy jóvenes, recordó que en Salt había dos universidades: el cine Núria y una cosa semiclandestina que se llamaba La Pastera. Allí Terribas empezó a organizar actividades culturales y conocieron a Modest Prats, un ascendiente para todos aquellos jóvenes. El escritor Josep Maria Fonalleras recordó que los dos son jurados fijos del premio Casero por dos razones: “Somos honestos y es un premio gastronómico porque el jurado se reúne en el Motel Empordà”.
Tampoco faltó Eduardo Mendoza, ante la sorpresa del premiado. El numeroso público rio con ganas cuando Terribas le reprochó que no hubiera encontrado el momento de ir a presentar su último libro a La 22 y, en cambio, hubiera tenido tiempo de estar allí ayer por la tarde.
El presidente del Parlament, Roger Torrent, dijo que él, de las tres patas del mundo del libro –escritores, editores y libreros–, envidiaba a los libreros como Terribas “porque tienen como compañeros de trabajo a Rodoreda, Espriu, Kerouac...”.
Terribas repetía que se sentía “reina por un día” y la periodista Imma Merino, sin dejar las referencias cinematográficas que han configurado la personalidad del Mastroianni de las librerías, recordó una frase de Qué bello es vivir: “Mi hermano es el más rico de la ciudad porque tiene todos los amigos”.