Hans-Georg Maassen
Hans-Georg Maassen puso en duda un vídeo de acoso a extranjeros en Chemnitz
JEFE DE LA INTELIGENCIA ALEMANA
El jefe de los servicios secretos de Alemania, Hans-Georg Maassen, ha puesto en duda que en Chemnitz se produjesen ataques a extranjeros, en lo que parece un intento irresponsable de quitar hierro a la amenaza de la ultraderecha.
El destino del presidente de los servicios secretos del interior de Alemania –cuyo cese reclaman los socialdemócratasamenaza la frágil paz reinante en el seno de la coalición de gobierno de Angela Merkel, desde que la democristiana zanjó la disputa migratoria que le lanzó su socio socialcristiano bávaro a inicios del verano. Hans-Georg Maassen, presidente de la Oficina Federal de Protección de la Constitución (BfV, por sus siglas en alemán), el organismo encargado de la inteligencia interior, puso en duda el pasado viernes que en Chemnitz, escenario hace tres semanas de marchas y disturbios de la ultraderecha, hubiera habido acoso a extranjeros en las calles.
Maassen dijo al diario Bild que en la BfV no tenían “informaciones fiables” de que tales persecuciones hubieran tenido lugar, y que no había evidencias de que un vídeo que las mostraba fuera auténtico. Días antes, tanto la canciller como su portavoz, Steffen Seibert, habían censurado las “persecuciones”. Distintos medios y periodistas alemanes rebatieron la afirmación de Maassen señalando evidencias del propio vídeo. Al poco, trascendió que también un restaurante judío había sido atacado por ultras.
Sobre el presidente de la BfV cayeron acusaciones de intentar rebajar la gravedad de lo sucedido, así que el miércoles fue a dos comisiones parlamentarias a explicarse. Dijo haber sido “malinterpretado” cuando sólo quería advertir contra posibles campañas de desinformación. Su jefe, el ministro del Interior, el socialcristiano Horst Seehofer, le respalda. “Se ha explicado de modo completo y convincente, tomando postura varias veces contra el radicalismo de derechas”, dijo ayer Seehofer a los diputados en un debate sobre presupuestos.
“No creemos que el señor Maassen sea la persona indicada para que se recupere la confianza en su organismo, cuyo deterioro él mismo ha ocasionado”, dijo la diputada socialdemócrata Eva Högl. “Para la cúpula del SPD está claro que Maassen tiene que irse. Merkel debe actuar”, tuiteó Lars Klingbeil, secretario general del SPD.
Ayer también apareció otro elemento para su desdoro, al asegurar la cadena pública ARD que Maassen
El SPD pide a Merkel el cese del responsable, que también habría avanzado un informe confidencial a la AfD
habría proporcionado algunas informaciones al partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) cuando estas eran aún confidenciales. En un encuentro el pasado 13 de junio con el diputado de la AfD Stephan Brandner, Maassen le pasó datos sobre islamistas sospechosos y sobre el presupuesto de los servicios secretos, que figuran en el informe anual del 2017 de la BfV, cinco semanas antes de que fuera publicado. En un comunicado, Maassen negó haber actuado fuera de la legalidad.
La espiral en torno al caso condujo a una reunión ayer tarde de Merkel, Seehofer y la presidenta del SPD, Andrea Nahles, en la que la socialdemócrata insistió en que Hans-Georg Maassen debe ser destituido. Con todo, acordaron volver a reunirse el próximo martes para decidir el futuro del aludido. Merkel no parece interesada en destituir a Maassen –pese a que técnicamente la había contradicho–, como tampoco Seehofer.
El SPD quiere su cese, pero la propia Högl dijo ayer en la emisora Deutschlandfunk que “por supuesto, los socialdemócratas no van a abandonar la coalición a causa del señor Maassen”. En principio, el desenlace se sabrá el próximo martes.