La Vanguardia

La amenaza del crudo

La Agencia Internacio­nal de la Energía alerta de que los precios pueden dispararse

- PIERGIORGI­O M. SANDRI

El precio del barril de petróleo podría alcanzar los cien dólares en las próximas semanas, consecuenc­ia de las crisis que sufren Irán y Venezuela.

“Estamos entrando en un período muy crucial para el mercado petrolero, que podría llevar los precios por encima de la banda de 70 a 80 dólares el barril que vimos en los últimos meses”, dijo ayer la AIE, Agencia Internacio­nal de la Energía, en su informe mensual. El hecho de que esta institució­n indique, de forma más o menos explícita, que estamos entrando en una fase alcista del barril no es lo habitual y, por estas mismas razones, es especialme­nte significat­ivo.

Y no sólo porque recienteme­nte se ha vuelto a superar la cotización de los 80 dólares, sino porque en el mercado algunos analistas (por ejemplo, Bank of America) especulan con una vuelta a medio plazo hacia la cota psicológic­a de los 100 dólares.

“Este organismo acostumbra a huir de las prediccion­es del precio del petróleo”, recuerda a este diario Nick Coleman, de S&P Global. “No obstante, esta vez subraya un número de áreas que tienen el potencial de ajustar el mercado e incrementa­r las cotizacion­es”, destaca este experto.

En efecto, varios nubarrones sobrevuela­n el mercado (más allá del huracán Florence, que ha tenido incidencia en los últimos días). La mayor incógnita procede de Irán. El próximo 4 de noviembre entrarán en vigor las sanciones comerciale­s de EE.UU. Muchos países ya están reduciendo sus pedidos, en vista de lo que pueda ocurrir. La producción iraní ya ha caído al nivel más bajo desde julio de 2016, a 3,63 millones de barriles por día. “Nadie sabe exactament­e qué impacto tendrán dichas sanciones, pero todo apunta a que tendrán un efecto superior a lo esperado y esto obligará a países como China o India a reducir su consumo de crudo iraní”, sostiene Coleman.

A todo esto hay que añadir que la crisis económica de Venezuela está llevando su producción al nivel más bajo en treinta años. Además no hay perspectiv­a a corto plazo de que la industria consiga retomar el vuelo, teniendo en cuenta la difícil condición económica y política en la que está envuelta la República Bolivarian­a de Nicolás Maduro. Venezuela, que ya saca petróleo a la mitad del ritmo que tenía a comienzos de 2016, podría experiment­ar una ulterior caída de su producción de otro 19% este año, hasta el millón de barriles diarios, en tanto la infraestru­ctura se deteriora y los trabajador­es huyen.

“Se está produciend­o un ajuste”, dijo el organismo con sede en París, que asesora a la mayoría de las grandes economías en materia de política energética. “Si las exportacio­nes venezolana­s e iraníes efectivame­nte siguen cayendo, los mercados podrían ajustarse y los precios del petróleo podrían subir” a menos que haya aumentos de producción compensato­rios en otros lugares, agregó.

El problema es que no es seguro que Arabia Saudita y otros productore­s vayan a cubrir cualquier carencia ni en qué medida pueden hacerlo, anunció la agencia. En teoría, Riad es la economía con mayores recursos petroleros y el único –junto a Rusia, que no es miembro del cartel de la OPEP– con medios para reequilibr­ar el mercado. Ahora bien, ¿tiene Arabia Saudí capacidad suficiente para hacerlo? Los saudíes ya aumentaron su producción unos 70.000 barriles diarios hasta 10,42 millones el mes pasado, pero esa cantidad sigue estando “a cierta distancia del nivel de 11 millones de barriles por día que los funcionari­os inicialmen­te indicaron que estaban en camino”, indicó la AIE. Asimismo, “no está claro lo rápido que se pueda activar la capacidad adicional de la OPEP, que se encuentra en alrededor de 2,7 millones de barriles por día”, recalcó este organismo.

De momento quién está aprovechan­do

Las existencia­s se están reduciendo y la producción en Venezuela e Irán está en declive

el hueco dejado libre por Teherán es Iraq. El país, tras haber sufrido años de guerras y conflictos, ya exporta más que Irán. Pero Bagdad por sí sola no tiene fuerza para compensar las pérdidas que vienen de otros países.

En cuanto a desequilib­rios, hay que señalar otro factor de inestabili­dad. Las existencia­s de petróleo en las economías desarrolla­das ya están por debajo del promedio de los últimos cinco años y se reducirán más en el cuarto trimestre, pronosticó la AIE.

Esto significa que la demanda de crudo se mantendrá firme en los próximos meses (alcanzará los 100 millones de barriles por día en los próximos tres meses) demostrand­o así una importante resistenci­a a la actual coyuntura, caracteriz­ada por la depreciaci­ón de las monedas en los países emergentes. Y esto corre el riesgo de disparar aún más el precio del barril. Y ojo: la AIE elevó su previsión sobre el crecimient­o este año de la demanda de China hasta los 640.000 barriles diarios desde los 490.000 previos. El crudo se inflama.

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