Brexit duro: viajar sería mucho más difícil
En caso de un Brexit por las bravas, sin acuerdo, la Unión Europea no aceptará automáticamente los permisos de conducir de los ciudadanos británicos, y sus pasaportes tendrán que tener una validez de por lo menos seis meses para poder viajar al continente. No sólo la utilización de las tarjetas de crédito les saldría más cara, sino que es posible que tuvieran que pagar roaming por el uso de sus teléfonos móviles en el resto de países de la UE, lo cual elevaría enormemente sus facturas. El Gobierno británico ha formulado todas esas advertencias en el segundo paquete de “medidas técnicas” en preparación para un Brexit duro, que según Downing Street “no es un escenario probable pero sí posible”. El objetivo es concienciar a la gente de las consecuencias negativas de marcharse dando un portazo, para que presionen a sus representantes en el Parlamento y les hagan respaldar cuando llegue la hora de la verdad su plan de Chequers (alineamiento regulatorio con Bruselas en bienes y mercancías, pero no servicios). La primera ministra Theresa May no se atrevió en cambio, como estaba previsto, a alarmar a la ciudadanía con la perspectiva de que los aviones británicos tengan que quedarse en tierra durante un tiempo porque sus certificados de seguridad no fuesen aceptados por la UE. Se estima que si cada camión sufre una demora de 45 minutos en la frontera de Dover tras cruzar el Canal de la Mancha, las autopistas inglesas quedarán por completo colapsadas con colas de centenares de kilómetros.