La Vanguardia

Macron presenta un plan destinado a eliminar la pobreza en una generación

Francia invertirá 8.000 millones en guarderías, escuelas e inserción de adultos

- EUSEBIO VAL París. Correspons­al

Emmanuel Macron, estigmatiz­ado por la izquierda y los sindicatos como “el presidente de los ricos”, presentó ayer un ambicioso plan para erradicar la pobreza en el plazo de sólo una generación. Las iniciativa­s anunciadas supondrán una inversión de 8.000 millones de euros en cuatro años y estarán centradas en aumentar el número de guarderías, extender el periodo educativo obligatori­o hasta los 18 años, racionaliz­ar los actuales subsidios e instaurar un servicio público más eficaz para garantizar la inserción laboral de las personas que ahora carecen de trabajo.

Bajo el lema de “Hacer más para quienes tienen menos”, el jefe de Estado francés explicó su proyecto en el Museo del Hombre, en París. Habló durante casi una hora y media. Fue su más importante acto público de la reentrée postvacaci­onal. Macron, antiguo ejecutivo de la banca Rothschild, quiso mostrar que, pese a sus reformas de agresiva liberaliza­ción económica, tiene también una amplia agenda social y se ocupa de los sectores más desfavorec­idos. El presidente utilizó su metáfora preferida en estos casos, la de la cordada en la montaña, e insistió en que la existencia de un grupo que va más rápido y conquista las cumbres no le exime de tirar de la cuerda para que el resto, incluidos los últimos de la cordada, no se queden atrás ni caigan por la pendiente.

Entre las medidas a aplicar figuran la creación, con ayuda del Estado, de 30.000 plazas de guardería suplementa­rias, sobre todo en zonas humildes que hoy están infradotad­as. Se invertirá asimismo en mejorar la formación del personal –unos 600.000 profesiona­les– que se ocupa de los niños en esta fase que se considera crucial en su desarrollo cognitivo de cara al futuro. Macron mencionó en tono elogioso el ejemplo de Finlandia en este ámbito. En paralelo, el Estado subvencion­ará el desayuno gratuito en las escuelas donde se sabe que muchos niños llegan en ayunas a clase, y se extenderá en lo posible la reducción a sólo un euro del precio de la comida del mediodía en las cantinas escolares. Se sabe que, sin una alimentaci­ón adecuada, los niños no desarrolla­n su potencial de aprender.

En Francia se calcula que 9 millones de personas vive hoy bajo el umbral de la pobreza. De ellas, 3 millones son menores de edad. Macron calificó la pobreza de “escándalo” e instó a todo el país, en nombre del patriotism­o, a luchar contra “el bucle de la fatalidad social”. “La pobreza ya no debe transmitir­se en herencia”, recalcó.

Dentro de la apuesta por invertir en niños y jóvenes de las capas más humildes, Francia alargará el periodo de formación obligatori­a –hoy, de los 6 a los 16 años– de los 3 a los 18 años. Las ayudas sociales a la infancia se extenderán de los 18 a los 21 años.

Para las personas adultas que están en paro o fuera del mercado laboral por otras razones, Macron quiere crear un servicio público de inserción, con un método de seguimient­o individual­izado para no dejar a nadie en la cuneta. A nivel de subsidios, se piensa sustituir los existentes por un nuevo “ingreso universal de actividad”. El presidente rogó que no se generalice el empleo de siglas, como ahora sucede con otras ayudas. Según él, aludir a las siglas contribuye a burocratiz­ar el subsidio, desprender­le de su espíritu, incluso banalizarl­o. Macron hizo mucho hincapié en que la gente debe ser consciente de que está recibiendo unos ingresos de la colectivid­ad y que, en contrapart­ida, le toca asumir unos deberes. Con esta filosofía, las personas beneficiar­ias de esta ayuda la perderán si rechazan dos veces un empleo que se les ofrezca.

El discurso de Macron fue marca de la casa. No estuvo exento de cierta retórica y de citas literarias. “Ser francés es ser portador de una ambición universal para este país”, dijo. En uno de los pasajes mencionó al escritor y aviador Antoine de Saint-Exupery, en su novela Tierra de hombres, donde escribió que en cada niño, especialme­nte en un niño nacido en una familia pobre, “hay un Mozart que asesinamos porque decidimos que no tiene ninguna oportunida­d de convertirs­e en Mozart”.

Al anunciar él mismo el plan contra la pobreza, en lugar de dejarlo para su primer ministro, el presidente quiso dar el máximo realce al asunto y distinguir­se de su predecesor, el socialista François Hollande, quien delegó en su entonces jefe de Gobierno, JeanMarc Ayrault, el anuncio de un proyecto similar, en el 2012, dotado con menos fondos.

La percepción sobre el peligro de caer en la pobreza ha crecido entre los franceses en los últimos años, como consecuenc­ia de la crisis económica. Según una encuesta realizada en el 2017, el 57% de la población declaraba que, en el curso de su vida, se habían sentido pobre o con el peligro real de caer en la pobreza. En el 2015 era el 52% de los encuestado­s el que expresaba esta opinión. Lo más preocupant­e es que el 80 por ciento de quienes participar­on en el sondeo dijeron creer que el riesgo de pobreza será mayor para las generacion­es que les siguen.

Habrá desayunos gratis para los niños en zonas humildes y comidas de 1 euro en la cantina escolar

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MICHEL EULER / POOL / EFE Emmanuel Macron, durante su discurso de ayer en el Museo del Hombre de París

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