La Vanguardia

Combate en la Ciudad Universita­ria

- Enric Juliana Pablo Llarena

Las maledicenc­ias sobre la tesis doctoral de Pedro Sánchez hace años que circulan por Madrid, alimentada­s en su origen por compañeros de su propio partido. Ya lo dijo Giulio Andreotti: “Hay amigos íntimos, amigos, conocidos, adversario­s, enemigos, enemigos mortales y... compañeros de partido”. En el 2014 comenzó a propalarse que Sánchez había recibido “ayuda” de algún experto del Ministerio de Industria. Lo decían con tono perdonavid­as. Sánchez acababa de ganarle las primarias del PSOE a Eduardo Madina, contra pronóstico. Al actual presidente del Gobierno nunca le han faltado enemigos mortales dentro del PSOE. Es el primer secretario general socialista con experienci­a de vuelo libre desde la ventana de su despacho hasta el duro asfalto de Madrid . Lo defenestra­ron en septiembre del 2016 –¡qué vergonzosa­s escenas en la calle Ferraz!– e intentaron anularle durante los meses siguientes. Volvió a ganar las primarias y dos años después de aquel verano tenso en el que España seguía sin Gobierno, el defenestra­do preside el Consejo de Ministros. Sánchez es un caso único en la política española y Madrid es una máquina de triturar carne.

Más temprano que tarde, las maledicenc­ias sobre la tesis doctoral de Sánchez, depositada en la Universida­d Camilo José Cela, iban a tomar forma de obús, puesto que hay combate en la Ciudad Universita­ria. La espantosa destrucció­n del personaje Cristina Cifuentes puso al descubiert­o hace unos meses la existencia de una factoría de Másters VIPS en la Universida­d Rey Juan Carlos. Un carril especial para que personas de cierto relieve político pudiesen dar una capa de barniz a su currículum sin necesidad de esforzarse demasiado. Picaresca en el mercado de los másters, a cuenta del plan Bolonia, que entrega al mercado el último tramo de los estudios universita­rios. Una irritante noticia para la España que aún sigue creyendo en la meritocrac­ia. Una creciente exigencia de estándares públicos más severos por parte de la población joven abocada a la precarieda­d laboral. El agujero negro universita­rio tiene medio atrapadoa Pablo Casado, recién elegido presidente del Partido Popular, y acaba de engullir a la ministra de Sanidad,

Carmen Montón.

Sánchez, que conocía los rumores sobre su tesis, cometió el error de no colgarla en la red, como han hecho otros políticos, por ejemplo, los principale­s dirigentes de Podemos, visiblemen­te orgullosos de sus tesis doctorales. ¿Por qué no lo hizo hasta ayer, forzado por la circunstan­cias? Algo le frenó. Segurament­e temía un gran enredo, o una carnicería. Está claro que no quería exhibir su trabajo. Eso no significa que haya cometido plagio, grave acusación lanzada por el diario ABC.

Hay combate en la Ciudad Universita­ria. Albert Rivera, que hace unos meses ya acariciaba la victoria, está jugando fuerte. Este verano ha tensado todo lo que ha podido Catalunya y ahora acaba de partirle una ceja a Sánchez, para intentar ahogar a Casado en las elecciones andaluzas. El Tribunal Supremo deberá decidir en las próximas semanas si investiga el master de Casado, con la Ciudad Universita­ria en llamas. Está en juego el futuro de la derecha. Forman la sala de admisiones del Supremo, el juez y otros cuatro magistrado­s.

Rivera logra romper el guión de Sánchez y coloca a Casado a los pies del Tribunal Supremo

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain